domingo, 14 de marzo de 2010

La identidad es un camino por andar


(Extraido de la ponencia "De la identidad de la escuela Católica" de Luis G. Benavides Ilizaliturri)

... "Sin embargo, la identidad de la escuela católica no se da por la aceptación de estos señalamientos vaticanos, ni por la proclamación de los mismos. Ni siquiera por las estructuras, técnicas o estrategias de aprendizaje que se utilicen para que los estudiantes las asimilen como condición de “estancia” y permanencia en la escuela. Tampoco basta la declaración oficial de pertenencia a una comunidad, a una Iglesia (la católica) ni siquiera el registro episcopal lo que da identidad a una escuela católica… y, a mi entender, tampoco hace católica a una escuela el que asegure para sus estudiantes la enseñanza del catecismo ni el compromiso de inculcar los valores cristianos…

¿Entonces? Sigo pensando que el intento es complejo, porque lograr una identidad no es ni unicausal ni bi-unívoco, tampoco, insisto, es un logro: es siempre un camino por andar…
Las reflexiones que coloqué como antecedente del problema de la identidad pueden aclarar el camino de modo que éste sea simultánea y concomitantemente causa y efecto de un transcurso identificatorio, porque la identidad es siempre un proceso, nunca es un “estado”: por ello afirmé que se trata de una tarea (Aufgabe) nunca terminada. En este sentido quiero proponer cuestionamientos en torno a ese proceso de identificación de la escuela católica en el campo amplio de la educación cristiana que está vinculado con la utopía de Jesús de Nazaret. Porque una utopía es siempre orientadora, dadora de sentido y dirección al ser, al actuar, al desear y al
pensar humanos –y ¡también al soñar!. En los Evangelios42 de Lucas y Mateo se nos narra cómo Juan Bautista, desde la cárcel, envía a sus discípulos para que Jesús se autodefina. Jesús revela su identidad no por lo que dicen o creen otros sobre Él, ni por referencia a lo que Él dice de sí mismo, sino por su “desempeño”:
“Vayan y cuenten a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, se anuncia a los pobres la Buena Nueva”.

Este rasgo del quehacer de Jesús es la “historia” que le da a Jesús su “identidad”pues es la manifestación clara de que el reinado de Dios está presente en Él. Creo que este es un tema sobre el que se debe ahondar, particularmente porque, como loseñala muy bien el Documento Conciliar antes citado, para la Escuela Católica Jesucristo es el centro. Ahora bien, es importante no perder de vista que Jesús tiene un claro proyecto por el cual da Su vida. Este proyecto de Jesús no puede considerarse solamente como un compromiso subjetivo que propicia la educación en las escuelas católicas, para crear un ámbito de comunidad escolar animado por el espíritu evangélico de libertad y de amor, ni tampoco puede consistir solamente en desatar una actividad “comprometida” por erradicar la injusticia social, la transformación de las estructuras opresoras para quelos ciegos vean, los cojos anden, los sordos oigan y se anuncie a los pobres la Buena Nueva.

La identificación con la “obra de Jesús” exige una identificación “personal” con Él y por lo tanto con Su proyecto de vida: el Reinado de Dios, pero este proyecto no se da en acciones aisladas, sino en fenómenos vitales en los que concurre una “familia” (¿quantum?) de valores, actitudes, esperanzas, acciones, intenciones, perspectivas, etc. que van más allá de las acciones mismas".


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