lunes, 31 de mayo de 2010

Poesía de la Madre Cándida

(De sus Apuntes Espirituales)


En este ramo de flores

Os ofrezco el corazón

Con el de todas mis hijas
Virgen santa del amor.



Ahora y siempre y cada día

Ó Madre, honrarte queremos

Por tu gloria moriremos

No nos dejes Madre mía.



Yo os suplico en este día

Oye mis ruegos, Señora

No os olvidéis Madre mía

De esta humilde fundadora.


Ya que en tu día dichoso

Me crió nuestro hacedor

Concededme este favor

De aquel celestial esposo.



Y de vos, mi protectora,

Sabéis lo que os suplico

Concedédmelo Señora

Sed bondadosa conmigo.



Y pues que me ves tan sola

En la empresa comenzada
Sed mi dulce ayudadora
No me dejéis Madre amada.


miércoles, 12 de mayo de 2010

Tercer círculo

(Continuación de "Los niveles del proceso evangelizador", en "La pastoral educativa en la escuela" Jesús Triguero Juanes, CIEC)

"Tercer círculo: la catequesis explicita de iniciación.

La catequesis explícita de Iniciación se define como un proceso de conversión a Cristo que culmina con la plena incorporación a la comunidad cristiana y se manifiesta en el compromiso vital por el Reino de Dios. El núcleo de este tercer círculo se encuentra en el grupo de profundización en la fe, donde se desarrolla el proceso catecumenal, y donde convergen o toman consistencia todos los otros elementos catequísticos.


Por supuesto, el proceso no está sujeto al ámbito académico de los cursos escolares, sino que se prolonga más allá de la estancia del alumno en el colegio, hasta enlazar con otras estructuras eclesiales que faciliten la vivencia y el compromiso de la fe: las comunidades parroquiales, para la gran mayoría; para algunos, las comunidades consagradas, movimientos y sociedades de tipo apostólico, la propia comunidad cristiana del centro educativo, etc."

lunes, 10 de mayo de 2010

Segundo círculo



(Extraído de “La pastoral educativa en la escuela” - Jesús Triguero Juanes, CIEC - continuación)


Segundo círculo en los niveles del proceso evangelizador: el diálogo fe-cultura. En este nivel se imponen dos tareas:

Evangelización de la cultura. La primera tarea se refiere a la transmisión de la cultura, aquello que justifica la existencia de la escuela. El riesgo de la escuela católica actual está en descuidar esta tarea de evangelización de la cultura, y refugiar su identidad en un plan de actividades religiosas. Su primer problema no es el de la propuesta de la fe, sino el de la transmisión de una cultura abierta a las dimensiones espirituales y religiosas, a perspectivas cristianas y evangélicas. La escuela católica proporciona las claves y el discernimiento humano y cristiano para que el saber, unido a las destrezas y a los valores, adquiera sentido y significación, y se transforme así en cultura, capaz de estructurar el pensamiento de la persona. En la práctica, es una tarea delicada y discreta, pero irrenunciable, que ha de concretarse en cada área de contenidos.

Inculturación de la fe. La segunda tarea es la propuesta del sentido cristiano del mundo, del hombre y de la historia, la exposición de las claves cristianas de interpretación de las experiencias vitales del alumno, el anuncio del Mensaje de Salvación. Es propio, aunque no exclusivo, de la Enseñanza Religiosa. La aportación principal de la enseñanza religiosa escolar al proceso de educación de la fe consiste en la formulación racional cultural de la identidad cristiana, y la posibilidad de integrar el saber religioso entre el conjunto de saberes humanos como un elemento crítico y direccional.

sábado, 8 de mayo de 2010

Desafíos en la pastoral universitaria



(Noticia en "Servicio electrónico de Información S J", 7 de mayo)

"El Superior General de los jesuitas, P. Adolfo Nicolás, participó del Tercer Encuentro de Instituciones de Educación Superior de la Compañía de Jesús, en México. En su largo, apreciado y aplaudido discurso, el Padre General identificó los desafíos que la Compañía tiene que afrontar: desde la imperiosa necesidad de una educación que capacite a los jóvenes para trabajar en la preparación de un futuro mejor para la humanidad, hasta la urgencia de encontrar soluciones a los problemas de la violencia, el cambio climático, las migraciones forzadas, la desigualdad en la distribución de la riqueza, y la falta de una auténtica democracia.


"Buscamos el mejor modo de vivir más humanamente: un modo de vivir con menos injusticias, menos marginación... Todos queremos participar en este cambio: todos queremos ser parte de este proceso. Las soluciones a las que puede llevarnos ese proceso, reclaman hoy, necesariamente, la intervención de los que forman parte del problema".

Después de haber ilustrado ampliamente su pensamiento en presencia de casi 200 participantes que representaban más de 102 instituciones de todo el mundo - la nube de cenizas provocada por la explosión del volcán islandés impidió que alrededor de 40 personas llegaran a tiempo-, el mismo Padre General hizo un resumen de los puntos cruciales de su discurso:

"He querido que reflexionáramos juntos sobre los desafíos que la globalización presenta a las universidades de la Compañía de Jesús como instituciones de cultura, de servicios y de investigación. En primer lugar, en respuesta a la globalización de la superficialidad he sugerido la necesidad de estudiar con profundidad el mundo cultural que emerge de nuestros estudiantes como medio de encontrar caminos creativos que nos lleven a profundizar el pensamiento y la imaginación; una profundidad capaz de transformar las personas.

En segundo lugar, con el objetivo de elevar a su máxima potencia las nuevas posibilidades que nos ofrecen la comunicación y la cooperación, he solicitado de las universidades jesuitas que trabajen para formar redes internacionales que se ocupen de temas importantes relacionados con la fe, la justicia, la ecología. Temas que nos presentan desafíos que superan la capacidad de los individuos, países y continentes.

Finalmente, contra la desigualdad en la difusión del conocimiento, he querido estimular la búsqueda creativa de rutas que hagan posible compartir con los excluidos los resultados de la investigación. En respuesta a la difusión generalizada del secularismo y del fundamentalismo, he querido estimular a las universidades de la Compañía a que renueven el empeño de la tradición jesuita en un ministerio intelectual que sea capaz de mediar entre la fe y la cultura".

jueves, 6 de mayo de 2010

Pedagogía del umbral

(Extraído de “La Pastoral educativa en la escuela”, Jesús Triguero López, CIEC)

“La acción pastoral de la escuela católica se desarrolla en varios niveles, atendiendo a la situación en que se encuentran los diferentes destinatarios respecto a la fe, pero también a las diversas facetas en que ha de madurar la personalidad. De ahí que guarden entre sí un orden de sucesión, y también de simultaneidad. De forma un tanto convencional podemos representar los niveles del proceso evangelizador de la escuela católica como tres círculos concéntricos, a cuyo interior sólo se accede pasando por los más externos. Cada uno de ellos expone y profundiza una propuesta, no una imposición. Debe contar con la libertad de la persona para acogerla o rechazarla, pues el acto de fe es respuesta del hombre libre a la Palabra de Dios. Es, por tanto, normal que el nivel más interno, que implica el haber aceptado la fe, tenga como destinatarios efectivos a un número sensiblemente menor que los anteriores niveles.

Primer círculo: personalización o "pedagogía del umbral".
El objetivo de este primer círculo se centra en hacer pasar de una situación previa de pasividad en el mundo a una situación crítica y activa: la persona se sitúa en el mundo críticamente (aprende a leerlo y a descubrir su significado) y activamente (viviendo según unos valores). Es la propuesta de un modo de ser y de estar en el mundo, es decir, el estilo cristiano ante la vida, la sociedad y Dios mismo. Descubre, ante todo, el valor de la persona, no aisladamente sino en referencia a los otros. En el proceso de evangelización, este nivel tiene ya sentido en sí mismo, pues la personalización es el primer efecto de la Buena Nueva. Al mismo tiempo, es pedagogía del umbral, en cuanto que pone al hombre en camino: lo educa en aquellas dimensiones que le permiten profundizar en su propio misterio hasta llegar al umbral de la fe.

Tres aspectos o "sectores" han de tenerse en cuenta para una adecuada personalización:

La educación en valores está experimentado, cada vez más, un notable impulso. Valores, actitudes y normas pasan a ser contenidos curriculares que han de ser objeto de enseñanza y aprendizaje en la escuela. Desde su Carácter Propio y a la luz del Evangelio, la escuela católica desarrolla una pedagogía de los valores que se fundamenta en la prioridad al respeto al otro, la solidaridad responsable, la creatividad y la interioridad, según la inspiración evangélica del amor cristiano. Educando en los valores y para los valores, la escuela "forma al hombre desde dentro, lo libera de los condicionamientos que pudieran impedirle vivir plenamente como hombre" (EC 29).


Educar en la esperanza o educar para la utopía es cultivar expectativas, preparar hombres que se nieguen a aceptar la realidad actual como única realidad posible y se empeñen en su transformación. Educar en la esperanza es educar en el valor de la vida, su significado y su destino, el sentido del más allá, la superación de las estructuras, la capacidad de mejorar el presente. Desde este sector de la pedagogía del umbral, la escuela, al menos la escuela católica, debería salir al paso de una acusación frecuentemente repetida: que reproduce el modelo social en el que está inmersa y prepara a sus alumnos para perpetuar el sistema.
Pero también debe mostrar que el hombre no se completa sino sobrepasándose y abriéndose a Dios, y que "el mensaje cristiano no aparta a los hombres de la edificación del mundo ni los lleva a despreocuparse del bien ajeno; sino que, al contrario, les impone como deber el hacerlo" (GS 34.3).


Educación para la búsqueda. El tercer sector de la pedagogía del umbral nos viene a recordar que la mejor escuela no es la que da muchas respuestas, sino la que genera preguntas en el interior de la persona y la incita a buscar respuesta. El problema de muchos de nuestros jóvenes es que han oído muchas respuestas, pero no tienen interrogantes que les inquieten, por eso no buscan. Educar para la búsqueda supone: desarrollar la capacidad de preguntarse, y no sólo de aprender; desarrollar la capacidad crítica y transformadora, y no sólo de integrarse en el sistema; desarrollar la apertura al Misterio, descubrir el sentido sacramental de la vida y del mundo, en lugar de proponer un descubrimiento científico pero opaco de la realidad. Todo lo que es propio de este primer nivel debe ser programado desde el Proyecto Educativo, del Proyecto Curricular y del Proyecto Pastoral.

lunes, 3 de mayo de 2010

Proyecto Educativo

(Extraído de “La Pastoral educativa en la escuela”, Jesús Triguero López, CIEC

"El Proyecto Educativo del colegio es una explicitación de la propuesta pedagógica que identifica y caracteriza a una comunidad educativa y que se manifiesta en un ideario institucional, una misión, un marco teórico doctrinal, la lectura del medio situacional en el que dicha comunidad se inserta y un marco operativo que constituye la utopía instrumental para una mejor organización del centro educativo.
No es una utopía llena de ilusiones irrealizables, ni un documento elaborado por el equipo directivo entre cuatro paredes, ni tampoco una respuesta a las exigencias del momento. Debe ser, entre otras cosas: una sucesión de ideas y objetivos sustentados en la realidad y factibles a mediano y largo plazo, el resultado de la participación de los ejes de la comunidad educativa, es decir: padres, alumnos, docentes, dirección y finalmente tiene que ser un compromiso con la función educativa y una manera de cooperar con el logro de los objetivos educacionales:

a) El ideario es un conjunto de convicciones profundas y opciones fundamentales, que manifiestan la identidad de un centro educativo tanto en su vida interna como en sus relaciones con el mundo exterior.

b) La misión es el objetivo central y el propósito más importante por el que trabajan y se esfuerzan los componentes de una comunidad educativa; expresa lo que se pretende lograr en el ideario y enfatiza aquello que distingue a un centro educativo de otro.

c) El marco teórico doctrinal corresponde a la etapa filosófica de toda institución. Es un referente de principios y valores educativos, que fundamentan la actuación de los miembros en la comunidad educativa, con vistas a una efectiva visualización práctica de los objetivos de la educación del centro.

d) El marco situacional viene a ser el resultado del estudio del medio circundante local, provincial y nacional, a fin de tomar conciencia, como centro educativo, de los hechos más significativos que configuran la realidad del colegio: fortalezas, debilidades, amenazas y oportunidades.

e) El marco operacional expresa la utopía instrumental del centro educativo y determina quiénes son las personas y cuáles son sus funciones para hacer realidad una renovación actualizada del colegio. Ofrece mecanismos organizativos operacionales: organigrama, manual de funciones, manual de procedimientos, para que dicho proceso de renovación sea asumido en forma participativa y corresponsable por todos los integrantes de la comunidad.