jueves, 31 de diciembre de 2009

Un brindis



Me gustan las fiestas. Principalmente porque las fiestas, en su esencia, son encuentros de personas alrededor de una alegría común. Para mí, en la fiesta, lo que vale es eso, el encuentro entre personas. Todo lo demás es pretexto.

No es que no me guste la mesa, los entremeses, comer y beber. Una buena fiesta también es un regalo para los sentidos, especialmente el paladar. Pero eso sirve, en verdad, para aumentar nuestra dosis de satisfacción y alegría al compartir la mesa con los otros invitados.

En las fiestas de fin de año hay, para mí, un momento especial, el brindis. En el día a día no es común entre nosotros; al contrario, el brindis anda cada vez más escaso, tal vez porque, con nuestras prisas, muchas veces hemos perdido el sentido del rito, donde los gestos hablan, y las cosas rebosan de un significado más profundo. En nuestra superficialidad olvidamos o banalizamos la mirada sacramental.

Yo, por fe y testarudez, continúo apreciando la solemnidad del momento, la riqueza del rito, la experiencia de la celebración que un sencillo brindis puede proporcionar.

En tales momentos me acuerdo especialmente de la Eucaristía, del momento en que el sacerdote, poco después de la consagración, levanta el cáliz y la patena, presentando a todos “el misterio de nuestra fe” y diciendo “por Cristo, con Cristo y en Cristo…”

Percibo allí la síntesis de un brindis a la vida, al espíritu fraterno, a nuestros mejores sueños, a lo que hay de más hermoso en cada uno de nosotros. Un brindis a la belleza de ser y de hacer comunidad.

En ese instante siento que Dios brinda con nosotros su alegría por la Creación y reafirma: “Yo continúo creyendo en vosotros…”

Me siento entonces invitado a repetir y a multiplicar ese gesto en la celebración cotidiana que es la vida.
(…)
En estas fiestas al levantar tu copa, -o tu vaso descartable-, levanta los ojos y el corazón y recuerda la frase que repetimos en las Eucaristías, en una respuesta casi maquinal, cuando el sacerdote dice:

Levantemos el corazón”.

Que en tu brindis puedas decir.

“Lo tenemos levantado hacia el Señor”

(Traducción del original de Eduardo Machado)




martes, 29 de diciembre de 2009

Navidad en el colegio de Chutung


Como todas las navidades, en el colegio de Chu-tung, aunque hay muy pocos católicos en el centro, tenemos actividades y celebraciones para anunciar la alegría de la venida de Jesús, Salvador de todos. Ya en el adviento vamos preparando los corazones con la Corona del Adviento y sus cuatro velas que está bien visible en el hall del colegio.


El Belén, hermosamente decorado, fue colocado en el hall recibiendo a los padres que venían para la fiesta celebrando el Nacimiento de Jesús



El día 19 hubo una presentación artística en la que los alumnos de todas las clases celebraron en el escenario con cantos, danzas y representaciones, que Jesús es Amigo que consuela y anima. Los padres también tuvieron oportunidad de pasar por las clases admirando los trabajos hechos por sus hijos. Este es un hermoso momento para el anuncio de Jesús a todos los padres.



El día 23 los alumnos de primaria fueron a felicitar la Navidad a los alumnos del Kinder, proclamando el Nacimiento de Jesús con cantos navideños y dulces que les llevaron, y el día 24, los alumnos de 4º grado se fueron a un Kinder público a darles la Buena Noticia y les presentaron a los peques el amor de Jesús.

El mismo día 25 los alumnos presentaron la alegría del Nacimiento de Jesús por las calles de Chu-tung y realmente lo hicieron contagiando de ella a todas las personas.


Como la cultura de Papá Noel es muy fuerte en estas tierras, también un anciano del pueblo se vistió de Papá Noel y vino al colegio a dar alegría a los niños.

¡Jesús es la verdadera Alegría para todos y particularmente para la comunidad educativa de nuestro colegio de Chu-tung!

(Para ver todas las fotos, http://www.hijasdejesus.org/ )

lunes, 28 de diciembre de 2009

Reflexión sobre Belén



“Hay mucho que ver en Belén pero no todas las miradas podrán acoger lo que allí acontece. Hay miradas opacas que no se alegrarán, miradas desconfiadas que no lo entenderán, miradas frías que no vibrarán con la novedad de la gruta… Solamente las miradas de los pobres y pequeños se admirarán, y la paz del corazón será su recompensa.


“Ver de nuevo”, ver otras cosas diferentes de lo que estamos acostumbrados a ver es también “nacer de nuevo”. Es necesario despertar el “pastor interior” que hay en nosotros, nuestra capacidad de atención a la vida, a buscar con otros, a dejarnos sorprender delante de la presencia despojada de Dios.


El Niño de Belén es también una nueva revelación de quien es el ser humano, que no es fruto del acaso, ni una pasión inútil. Dios se “hizo tejido humano”, revistió al ser humano de su propia gloria; en el nacimiento de Jesús se revela la grandeza, la dignidad, el misterio inagotable del ser humano. Somos seres “visitados por Dios”, y esto nos dignifica; nuestra humanidad fue divinizada por la “bajada” de Dios.


Delante del misterio del Nacimiento, San Ignacio nos invita a “mirar a las personas: Nuestra Señora, José, la criada y el Niño Jesús…” (EE 114)


¿Qué hace esa pobre “criada” en el texto ignaciano? ¿Será que ella no representa todos los excluidos de nuestra sociedad? Contemplar el rostro del Niño “da mucho que hablar”: tal actitud nos mueve a cuidar la “imagen divina” en los rostros desfigurados por el hambre y la pobreza, rostros aterrorizados por la violencia diaria, rostros angustiados de los menores abandonados, rostros de los ancianos cansados y excluidos, rostros de mujeres humilladas y ofendidas… Es precisamente en el compromiso con el rostro humano desfigurado y marginado que descubrimos la llegada del Mesías y su presencia en nuestro medio. Él es el termómetro de nuestra fe”.


(De puntos en EE)

sábado, 26 de diciembre de 2009

Mensaje de Navidad


(Belén en la capilla de la Curia - Roma)



Queridos hermanos y hermanas,


«Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado» (Is 9,5). Lo que, mirando desde lejos hacia el futuro, dice Isaías a Israel como consuelo en su angustia y oscuridad, el Ángel, del que emana una nube de luz, lo anuncia a los pastores como ya presente: «Hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor» (Lc 2,11). El Señor está presente. Desde este momento, Dios es realmente un «Dios con nosotros».

Ya no es el Dios lejano que, mediante la creación y a través de la conciencia, se puede intuir en cierto modo desde lejos. Él ha entrado en el mundo. Es quien está a nuestro lado. Cristo resucitado lo dijo a los suyos, nos lo dice a nosotros: «Sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo» (Mt 28,20). Por vosotros ha nacido el Salvador: lo que el Ángel anunció a los pastores, Dios nos lo vuelve a decir ahora por medio del Evangelio y de sus mensajeros. Ésta es una noticia que no puede dejarnos indiferentes. Si es verdadera, todo cambia. Si es cierta, también me afecta a mí. Y, entonces, también yo debo decir como los pastores: Vayamos, quiero ir derecho a Belén y ver la Palabra que ha sucedido allí.


El Evangelio no nos narra la historia de los pastores sin motivo. Ellos nos enseñan cómo responder de manera justa al mensaje que se dirige también a nosotros. ¿Qué nos dicen, pues, estos primeros testigos de la encarnación de Dios?


(Belén en la entrada de la Curia - Roma)


(Texto completo del mensaje del Papa en http://www.vatican.va/)


jueves, 24 de diciembre de 2009

Feliz Navidad

(Belén mozambiqueño en la capilla del gobierno general - Roma)

Navidad en las cartas de la Madre Fundadora

Carta 110, 27 de diciembre de 1896
“…que tenga mucha unión con Dios nuestro Señor, y que se entregue toda en las manos del Niño Jesús, que ha venido para salvarnos y llenarnos de gracias y dones celestiales”

Carta 163, 22 de diciembre de 1898
“Supongo que trabajará mucho es adquirir virtudes para recibir en su corazón al Niño Jesús, que viene con tanta pobreza y amor para salvarnos”

Carta 200, 14 de diciembre de 1900
“Deseo que pasen muy felices Pascuas, que el Niño Jesús nazca en nuestros corazones y nos comunique su profundísima humildad y mansedumbre, de la que nos da tanto ejemplos. Él nos de un buen fin de año y de siglo, y un buen principio del nuevo, que vivamos muy unidas con Jesús, María y José el resto que nos queda de vida”.

Carta 330, 18 de diciembre de 1906
“Les felicito las Pascuas, entrada y salida de año; que preparen en sus corazones una camita blanda para el Divino Infante; que nazca en ellos y les abrase en su divino amor y sepamos corresponder a tanto como nos ama; que nos comunique sus gracias y las virtudes que con su ejemplo nos enseña, naciendo tan pobre, despreciado, y todo por nuestro amor”.

En la audiencia general del Papa el día 23 de diciembre


"Al acercarse la Navidad, la Iglesia nos invita a disponernos con fervor y sencillez a la celebración del nacimiento del Salvador. La liturgia de esta fiesta fue afianzándose con el correr del tiempo. El primero que afirmó que Jesús nació el 25 de diciembre fue Hipólito de Roma, allá por el siglo tercero. Pero la atmósfera particular que se respira en esta celebración navideña fue favorecida sobre todo por san Francisco de Asís, debido al especial amor y devoción que este santo profesaba al misterio de la encarnación del Hijo de Dios. Tomás de Celano, el biógrafo de san Francisco, narra la intensidad con la que vivía y celebraba el pobrecillo de Asís la noche de Navidad, a partir de la experiencia maravillosa que tuvo ante el pesebre en Greccio".


¡¡FELIZ NAVIDAD Y UN 2010 LLENO DE LA GRACIA DE DIOS!!

martes, 22 de diciembre de 2009

El Papa y el rabino



El Papa Juan Pablo II, en una solemne sala del Vaticano, recibe a una de las más altas autoridades religiosas del judaísmo, el gran Rabino del Estado de Israel, Meir Lau.

La formal entrevista se llevó a cabo en fraternal marco y quedó espacio para el relato anecdótico.
Entonces, el religioso judío narró al Sumo Pontífice un hecho acaecido hace largas décadas en una ciudad europea.
Le contó que, terminada la Segunda Guerra Mundial, una mujer católica se dirigió al párroco de su pueblo, para hacerle una consulta. Ella y su esposo tenían a su cuidado, desde los días de la guerra, a un pequeño niño judío que le habían encomendado sus padres poco antes de haber sido enviados a un campo de concentración. Los padres del niño, desaparecidos en el trágico infierno de la masacre nazi, habían previsto para él un futuro en la tierra de Israel, soñaban con ello.
La mujer se encontraba ante una encrucijada y pedía al sacerdote católico un consejo, ya que su intención era bautizar al niño en agradecimiento por haber sobrevivido a la masacre. El párroco tuvo una pronta y comprensiva respuesta: 'Se debe respetar la voluntad de los padres’.
El citado niño judío fue enviado al entonces naciente Estado de Israel, donde se criaría y educaría. La anécdota resultó muy interesante para Karol Wojtyla, y pasó a ser más conmovedora aún, cuando el gran rabino le aclaró la identidad de aquellas personas:
Usted, Eminencia, era ese párroco católico. Y ese niño huérfano… era yo'.

domingo, 20 de diciembre de 2009

El árbol en la Plaza de San Pedro


El Papa pronunció un discurso este viernes al recibir en audiencia a los participantes en la Peregrinación de Bélgica llegados a Roma para el don del árbol de Navidad de la Plaza de San Pedro, que este año ha sido ofrecido por la región belga de la Valonia.

“En el bosque, los árboles están cerca unos de los otros y cada uno de ellos contribuye a hacer del bosque un lugar sombrío, oscuro a veces”, explicó.
“Y he aquí que, escogido de entre una multitud, el árbol majestuoso que ofrecéis hoy está iluminado y cubierto de decoraciones brillantes que son como tantos frutos maravillosos”, continuó.
“Dejando su ropa oscura por una explosión brillante, ha sido transfigurado, convirtiéndose en portador de una luz que no es la suya sino que da testimonio de la verdadera Luz que viene a este mundo”, añadió.

Benedicto XVI comparó el destino de ese árbol con el de los pastores, que, “velando en las tinieblas de la noche, son iluminados por el mensaje de los ángeles”.
“La suerte de este árbol también es comparable a la nuestra, nosotros que estamos llamados a dar buenos frutos para manifestar que el mundo ha sido verdaderamente visitado y rescatado por el Señor”,
afirmó.

Para el Papa, el árbol de Navidad levantado desde el nacimiento junto al obelisco central de la Plaza de San Pedro, “manifiesta, a su manera, la presencia del gran misterio presente en el lugar sencillo y pobre de Belén”.
“A los habitantes de Roma, a todos los peregrinos, a todos los que irán a la Plaza de San Pedro a través de las imágenes de las televisiones del mundo entero, les proclama el advenimiento del Hijo de Dios”
, dijo.

Y añadió: “A través suyo, son el sol de vuestra tierra y la fe de las comunidades cristianas de vuestra Región los que saludan al Niño-Dios, Él que ha venido a hacer nuevas todas las cosas y a llamar a todas las criaturas, desde las más humildes hasta las más elevadas, a entrar en el misterio de la Redención y asociarse a ella”.

El abeto está decorado de blanco y oro, los colores del Vaticano, y se ilumina este viernes. Es un árbol centenario de treinta metros de altura, siete metros de diámetro y 2,65 metros de circunferencia, que pesa catorce toneladas.
Procede del bosque de las Ardenas, situado en una frondosa zona natural especialmente protegida; iba a ser talado, con otros del mismo bosque, para permitir el crecimiento de otros árboles y plantas cercanas.
Su madera se utilizará también para realizar unas esculturas que se venderán para recaudar dinero para los pobres.
La tradición de colocar el árbol de Navidad y el Nacimiento en la plaza de San Pedro se remonta al año 1982.


Fue Juan Pablo II quien sugirió que se colocara la representación del misterio de Belén, siguiendo el espíritu del Nacimiento realizado por san Francisco de Asís en 1223. Desde hace 27 años, diferentes regiones de Italia y de Europa se turnan para ofrecer el árbol que acoge a los miles de peregrinos que llegan a la plaza de San Pedro entre Navidad y el día de Reyes.

(Extraído de zenit.org, 18 de diciembre)

viernes, 18 de diciembre de 2009

Razón y libertad

El teólogo inglés Juan de Salisbury, pensador del Medioevo, que vivió entre 1100 y 1180, y que fue obispo de Chartres, sostenía que las leyes humanas y la actuación política deberían siempre conformarse a la ley natural.

El Papa, en su audiencia de los miércoles, dijo que para Juan de Salisbury existe “una verdad objetiva e inmutable, cuyo origen es Dios, accesible a la razón humana y que se refiere a la actuación práctica y social. Se trata de un derecho natural, al cual las leyes humanas y las autoridades políticas y religiosas deben inspirarse, para que puedan promover el bien común”.
Contrariamente en nuestro tiempo, observó el Pontífice, “sobre todo en algunos países, asistimos a un desapego preocupante entre la razón, que tiene la tarea de descubrir los valores éticos ligados a la dignidad de la persona humana, y la libertad, que tiene la responsabilidad de acogerlos y promoverlos”.

“Quizás – prosiguió – Juan de Salisbury nos recordaría hoy que son conformes a la equidad solo las leyes que tutelan la sacralidad de la vida humana y rechazan la licitación del aborto, de la eutanasia, y de las experimentaciones genéticas sin trabas, las leyes que respetan la dignidad del matrimonio entre el hombre y la mujer, que se inspiran en una correcta laicidad del Estado – laicidad que comporta siempre la salvaguarda de la libertad religiosa – y que persiguen la subsidiariedad y la solidaridad a nivel nacional e internacional”.

“De lo contrario – prosiguió – acabaría por instaurarse la que Juan de Salisbury define la ‘tiranía del príncipe’ o, diríamos nosotros, la 'dictadura del relativismo’: un relativismo que, como recordaba hace unos años, no reconoce nada como definitivo y deja como última medida sólo al propio yo y sus antojos”.
Un tipo de relativismo ético, el que subraya el Papa, que “a menudo se extiende por los mass media”.

“Hoy – afirmó –, la que Juan definía ‘elocuencia’, es decir, la posibilidad de comunicar con instrumentos cada vez más elaborados y difundidos, se ha multiplicado enormemente. Con todo, sigue siendo urgente la necesidad de comunicar mensajes dotados de 'sabiduría’, inspirados en la verdad, la bondad y la belleza”.

“Esta es una gran responsabilidad – añadió –, que interpela en particular a las personas que trabajan en el ámbito multiforme y complejo de la cultura, de la comunicación, de los medios”.
“Fuente última” de esta verdad, dijo el Santo Padre, que debe guiar cada esfera de la actuación humana, es Dios: “Este principio es muy importante para la sociedad y para el desarrollo, en cuanto que ni una ni otro pueden ser solo productos humanos”.

“La misma vocación al desarrollo de las personas y de los pueblos no se funda en una simple deliberación humana, sino que está inscrita en un plan que nos precede, y que constituye para nosotros un deber que debe ser libremente acogido para que nazca la justicia”.

(Noticia en zenith.org, 17/12/09)

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Si quieres promover la paz, protege la creación



La promoción de la paz en el mundo y el respeto del medio ambiente están íntimamente relacionados. Así lo afirma el Papa Benedicto XVI en su mensaje para la próxima Jornada Mundial de la Paz, titulado “Si quieres la paz, protege la creación”.

La Santa Sede hizo público hoy el mensaje del Papa para la Jornada de este año, que como es tradición, tiene lugar cada 1 de enero. Siempre en esta fecha, desde Pablo VI, cada papa ha dedicado una reflexión sobre cuestiones de actualidad relativas a la paz en el mundo.
El mensaje de este año está dedicado a la cuestión del medio ambiente, y el propio Benedicto XVI explica que el motivo de haber elegido este tema es que la salvaguarda del medio ambiente “se ha hecho hoy esencial para la convivencia pacífica de la humanidad”.

Entre las muchas amenazas contra la paz, “no son menos preocupantes los peligros causados por el descuido, e incluso por el abuso que se hace de la tierra y de los bienes naturales que Dios nos ha dado”, afirma el Papa.

El Papa recordó que ya en 1990, su predecesor Juan Pablo II habló de “crisis ecológica”, haciendo notar “la urgente necesidad moral de una nueva solidaridad”.

“Este llamamiento se hace hoy todavía más apremiante ante las crecientes manifestaciones de una crisis, que sería irresponsable no tomar en seria consideración”, subrayó el Papa.

(Extraído de zenit.org, 15 de diciembre)


“Proteger el entorno natural para construir un mundo de paz es un deber de cada persona. He aquí un desafío urgente que se ha de afrontar de modo unánime con un renovado empeño; he aquí una oportunidad providencial para legar a las nuevas generaciones la perspectiva de un futuro mejor para todos. Que los responsables de las naciones sean conscientes de ello, así como los que, en todos los ámbitos, se interesan por el destino de la humanidad: la salvaguardia de la creación y la consecución de la paz son realidades íntimamente relacionadas entre sí. Por eso, invito a todos los creyentes a elevar una ferviente oración a Dios, Creador todopoderoso y Padre de misericordia, para que en el corazón de cada hombre y de cada mujer resuene, se acoja y se viva el apremiante llamamiento: Si quieres promover la paz, protege la creación”.

(Extraido del Mensaje de Benedicto XVI para la próxima Jornada Mundial de la Paz, en http://www.vatican.va/)

lunes, 14 de diciembre de 2009

Escuela católica, servicio de pública utilidad



(De discurso del Papa a obispos de Brasil en su visita “al limina” el día 5 de diciembre)

"(…) Refiriéndome a la cultura, el pensamiento se dirige hacia dos lugares clásicos donde se forma y comunica – la universidad y la escuela - , fijando la atención principalmente en las comunidades académicas que nacieron a la sombra del humanismo cristiano y en él se inspiran, honrando el nombre de “católicas”. Y es precisamente en la referencia explícita y compartida de todos los miembros de la comunidad escolar – aunque en grados diversos – a la visión cristiana, que la escuela es “católica”, ya que en ella los principios evangélicos se tornan normas educativas, motivaciones interiores y metas finales. Que se pueda, en una convicta sinergia con las familias y con la comunidad eclesial, promover aquella unidad entre fe, cultura y vida que constituye la finalidad fundamental de la educación cristiana.

La escuela católica no puede ser pensada ni vive separada de las otras instituciones educativas. Está a servicio de la sociedad: desempeña una función pública y un servicio de pública utilidad, no reservado solamente a los católicos, sino abierto a todos los que quieran disfrutar de una propuesta educativa cualificada. El problema de su paridad jurídica y económica con la escuela estatal solo podrá ser correctamente impostado si partimos del reconocimiento del papel primario de las familias y subsidiario de las otras instituciones educativas. El empeño plurisecular de la escuela católica se sitúa en esta dirección, impelido por una fuerza aún más radical, o sea, la fuerza que hace de Cristo el centro del proceso educativo.

Este proceso que se inicia en las escuelas primaria y secundaria, se realiza de modo más alto y especializado en las universidades. La Iglesia siempre fue solidaria con la universidad y con la vocación de conducir al hombre a los más altos niveles de conocimiento de la verdad y del dominio del mundo en todos sus aspectos. (…)"

viernes, 11 de diciembre de 2009

Pecados sociales



Los siete pecados sociales de Gandhi:


* Política sin principios,


* Economía sin moral,


* Bienestar sin trabajo,


* Educación sin carácter,


* Ciencia sin humanidad,


* Goce sin conciencia


* Y culto sin sacrificio.


Da para pensar, ¿no?

miércoles, 9 de diciembre de 2009

La Escuela Católica y los Derechos Humanos



Benedicto XVI ha aclarado que la laicidad no significa renunciar o desterrar todo elemento trascendente en la educación, en particular en las escuelas públicas.


El pontífice, si bien no entró en la polémica de la presentación de los crucifijos en las escuelas públicas, afrontó el argumento de fondo al recibir este sábado a los obispos de las regiones Sur 3 y Sur 4 de la Conferencia Episcopal de Brasil.


Según dijo el Papa a los prelados, "una sana laicidad de la escuela no implica la negación de la trascendencia, y ni siquiera una mera neutralidad frente a aquellos requisitos y valores morales que constituyen la base de una auténtica formación de la persona, incluyendo la educación religiosa".


En este contexto, el obispo de Roma afrontó también la función social que ejerce la escuela católica, que "no puede concebirse ni vivir separada de las demás instituciones educativas".


"Está al servicio de la sociedad -aclaró-: desempeña una función pública y un servicio de pública utilidad que no está reservado sólo a los católicos sino abierto a todos aquellos que desean beneficiarse de una propuesta educativa calificada".


Según el Santo Padre, "el problema de su equiparación jurídica y económica con la escuela estatal sólo se planteará correctamente si comenzamos por el reconocimiento del papel primario de las familias y del subsidiario de las demás instituciones educativas".


Basó su propuesta en el artículo 26 de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, cuando dice: "los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos".


"El compromiso de siglos de la escuela católica apunta hacia esta dirección, impulsado por una fuerza aún más radical, es decir, por la fuerza de que hace de Cristo el centro del proceso educativo", indicó.


(En zenit.org, 7 de diciembre)

lunes, 7 de diciembre de 2009

Era el 8 de diciembre



Era el 8 de diciembre de 1871. Uno de los testigos quedó impresionado, tan impresionado, que todavía en los años de su ancianidad guardaba intacto y jugoso el recuerdo. Ha sido providencial, porque nos ha regalado todas sus impresiones de aquel día: impresiones sensibles e impresiones espirituales.

Sabemos por él que la ciudad amaneció cubierta de nieve. Sobre la nieve suenan menos los pasos, ¡que no se oigan estos pasos vacilantes de niña que empieza a dar la Congregación de las Hijas de Jesús en Salamanca!

Y que hacía frío. Un frío que tuvo ateridas a las pobrecitas fundadoras, pero que no conseguía enfriar ni un poco su entusiasmo y su fe.

Por las calles nevadas de Salamanca empezaron a andar aquellas mujeres. La Fundadora, con una de sus compañeras, al palacio episcopal. Cuando fray Joaquín Lluch y Garrriga trazó sobre ellas la señal de la cruz, la Madre Cándida vio en su mano el signo aprobatorio de la Iglesia. Y en su corazón empezó a saltar un Magníficat.

Igual que sabemos que hizo frío y que había nevado desde la víspera, sabemos que a las cuatro de la tarde se celebró un sencillísimo acto en la capilla improvisada. La presidía una imagen de la Virgen, la Inmaculada. Sobre el altar había seis escapularios de lana azul con una inscripción con el nombre de Jesús.

El P. Herranz impuso los escapularios y habló unos momentos. Tenían un vigor especial sus palabras evangélicas, como si Cristo mismo pusiera resonancias en su voz: No sois vosotras las que me habéis elegido a Mí, sino que Yo soy el que os he elegido a vosotras.

Nace en la tarde, a la luz de esta estrella, la Congregación de las Hijas de Jesús.”

(Extraído de “Doble Vertiente”, M ª Anunciación Febrero FI)

A lo largo y ancho de este mundo, en todos los lugares donde estamos las Hijas de Jesús, comprometidas en hacer vida el ideal de la Madre Cándida María de Jesús desde nuestro seguimiento a Cristo, brota un canto de acción de gracias:

¡Bendito sea Dios que tanto nos quiere!


viernes, 4 de diciembre de 2009

El pajarillo y la nieve



- “Dime, cuánto pesa un copo de nieve” le dijo un pajarillo a una paloma del bosque.
- “Nada, no pesa nada” le contestó.
- “Si así lo crees te explicaré una historia”:

“Un día me senté en la rama de un abeto y comenzó a nevar. Empecé a contar los copos de nieve mientras caían suavemente en la rama donde yo estaba.
Cayeron exactamente 3.741.952. Cuando cayó el copo que hacía 3.741.953, que no pesaba nada, como tú dices, la rama se rompió.”

Dicho esto, el pajarillo se fue volando y la paloma, reflexionado, se dijo:

- “Quizás tan sólo sea necesaria la voz de una sola persona más para que en el mundo haya paz”.

(Kurt Kander)

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Proceso de selección




En el proceso de selección en Volkswagen de Brasil, los candidatos deberían responder a la siguiente pregunta: ¿Tienes experiencia?


Esta fue la redacción vencedora. Fue aprobado y su texto está haciendo suceso, y será siempre recordado por su creatividad, su poesía, sobre todo por su alma:

“Ya le hice cosquillas a mi hermana para que parase de llorar. Ya me quemé jugando con una vela. Ya hice una bola de chicle y me ensucié toda la cara. Ya hablé con el espejo y hasta jugué a ser brujo. Ya quise ser astronauta, violinista, mágico, cazador y trapecista. Ya me escondí detrás de una cortina y me olvidé los pies fuera. Ya hice bromas por teléfono. Ya me bañé en la lluvia y me hice adicto. Ya cogí el atajo equivocado y continué andando por lo desconocido. Ya raspé el fondo de la cazuela con arroz quemado. Ya lloré al escuchar músicas en el autobús. Ya intenté olvidar a algunas personas, pero descubrí que esas son las más difíciles de olvidar. Ya subí escondido al tejado para coger estrellas. Ya me subí en árboles para robar fruta. Ya me caí de culo de una escalera. Ya escribí en muro de escuela. Ya lloré sentado en el suelo del cuarto de baño. Ya me escapé de casa para siempre y volví al mismo instante. Ya corrí para no dejar a alguien llorando. Ya me sentí solo en medio de mil personas sintiendo falta de solamente una. Ya vi un atardecer color rosa y naranja. Ya salté a la piscina y me quedé sin ganas de salir. Ya mire a la ciudad desde arriba y no encontré mi lugar. Ya tuve miedo de oscuro. Ya temblé de nervioso. Ya me desperté en el medio de la noche y con miedo de levantarme. Ya aposté a correr descalzo en la calle. Ya grité de felicidad. Ya robé rosas en un jardín enorme. Ya me enamoré y me dije que era para siempre, pero “siempre” era un para siempre por la mitad. Ya me tumbé en el césped de madrugada y vi a la luna hacerse sol. Ya lloré viendo amigos partiendo, y luego descubrí que enseguida llegan nuevos.


Fueron tantas cosas hechas, momentos fotografiados por las lentes de la emoción, guardados en un baúl llamado corazón. Y ahora un formulario me pregunta, me pone contra la pared y me grita: '¿Cuál es tu experiencia?'. Esta pregunta me machaca en el cerebro: experiencia… experiencia. ¿Será que ser ‘plantador de sonrisas’ es una buena experiencia?

¡¡¡Sueños!!! ¡Tal vez ellos no sepan aún recolectar sueños! Ahora me gustaría indagar una pequeña cosa de quien formuló la pregunta:

¿Experiencia? ¿Quién la tiene, si a todo momento todo se renueva?”