miércoles, 30 de septiembre de 2009

La Educación Intercultural y lo Urbano







La educación intercultural y lo urbano
Sandra Guido
Angie Benavides
Diana García
Socorro Jutinico

(Extractos de la ponencia en el II Congreso Internacional de Educación en Medellín)
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La interculturalidad como concepto se está trabajando dentro de un nuevo paradigma cultural de análisis social. Esta idea la desarrolla (Touraine, 2005) quien ha descrito el nue­vo paradigma en el que las categorías sociales son reemplazadas por categorías culturales que valoran la relación del sujeto consigo mismo y reivindican sus derechos culturales. En este paradigma se reconoce la educación como un lugar de actores sociales y sujetos personales; ésta tiene un compromiso con la diversidad de culturas y personalidades en articulación con los valores universales. El autor releva el sentido que tiene la mediación entre lo universal -las diferentes formas de asumir la modernidad- y lo particular en la perspectiva de un sujeto que construye esta realidad y atiende a la construcción de otros en un diálogo intercultural.
Interculturalidad y educación implica entonces, retomar dos fenómenos importan­tes que dan origen a tensiones, abordajes teóricos, experiencias y prácticas diferentes. El primero de ellos es la educación indígena en América Latina cuyas perspectivas y logros se extienden luego al trabajo educativo con la población afrocolombiana y Rom parti­cularmente en Colombia. Y el segundo fenómeno es el de la inmigración y los procesos educativos que de allí se derivan, principalmente en Europa, Estados Unidos y Canadá. Desde estos dos ámbitos se coincide en la importancia de realizar estudios y propuestas de trabajo sobre las Representaciones Sociales acerca de la diversidad; también se consi­dera importante, conocer las concepciones que la comunidad educativa tiene sobre cul­tura porque la mirada sobre este concepto, deriva en acciones pedagógicas particulares. La mayoría de trabajos están situados en la perspectiva de derecho y promueven el reco­nocimiento y respeto por la diferencia; sin embargo, los resultados de éstos reflejan dis­tancias y rupturas entre las políticas, las prácticas y las actitudes en torno a la diversidad.
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Varios de los documentos revisados mencionan que lo que sigue existiendo es mul­ticulturalidad y no interculturalidad; es decir se reconoce la diferencia pero difícilmente se interactúa.
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La educación intercultural es un tema de importante debate contemporáneo; esto obedece a la realidad universal que describe (Skliar, 2004) cuando menciona que cada vez más las culturas, generalmente entendidas como sinónimo de culturas nacionales, son comprendidas como culturas transnacionales porque los discursos sobre ellas están arraigados en historias de desplazamientos culturales, migraciones, exilios; por esto, las culturas nacionales están siendo producidas, interpretadas y rescritas desde la perspec­tiva de las minorías.
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La ciudad es uno de los escenarios donde confluye la interculturalidad. Según (Cassiani, 2007) al interior de las escuelas debe haber una reflexión teórica por parte de los docentes sobre la forma como se asume la interculturalidad y cómo se fortalece la identidad de los que allí están. Lo que es cierto es que esta relación está impregnada de asimilación y termina por conducir hacia la homogeneidad. No existen condiciones ni voluntad política suficiente para establecer procesos equitativos, concertados y dirigidos conjuntamente por los diferentes actores sociales, ni se consideran las aspiraciones de las comunidades étnicas hacia la interculturalidad, más allá de las relaciones interculturales que de hecho tienen lugar en las instituciones educativas y principalmente en las zonas urbanas.
Nos situamos en la importancia que tiene indagar por el otro desde su alteridad, desde su lengua, desde su ritmo de aprendizaje, desde su cultura, desde una identidad (que está en las mismas condiciones de cualquiera otra). El interés está en la investigación de lo que ocurre en los encuentros y no en estudiar la diferencia como tema. Reconoce­mos la imperiosa necesidad de contemplar otras formas de ser, comunicar y estar en los espacios educativos. Como grupo de docentes investigadores hemos sentido y sufrido la historia de una educación homogénea, etnocéntrica, normalizadora y excluyente que debiera ser otra. Reconocemos la responsabilidad ética para quienes han sido tradicio­nalmente excluidos del sistema educativo, cuando no incluidos pero ignorados, negados.

lunes, 28 de septiembre de 2009

II Congreso Internacional de Educación en Medellín (3)

Educación Inclusiva para grupos desfavorecidos: caso del proyecto manejo básico de oficinas
Herminia Ramírez Alfaro

(Extractos de la ponencia)

La Conferencia Mundial de Jomtien hace referencia al derecho de toda persona a la sa­tisfacción de sus “necesidades básicas de aprendizaje”. La propuesta de CEPAL/UNESCO marca la importancia de la educación como factor estratégico de desarrollo, se afirma que no hay desarrollo económico sin una educación de calidad que favorezca la equidad.
Unido al problema de la falta de equidad o exclusión de muchos jóvenes está el hecho de que viven en riesgo social, se enfrentan a espacios violentos que los alejan cada vez más del acceso a una vida digna: en la calle hallan consumo de drogas, mendicidad, maltrato, delincuen­cia, abuso, explotación sexual o económica, violaciones y embarazos no deseados.
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A nivel nacional e internacional existen tratados, leyes y reglamentos que establecen la igualdad de oportunidades para todas las personas, sin embargo, esto en muchas oca­siones se aleja de las realidades. En este caso, específicamente, el de la oportunidad de tener acceso, poder ingresar y permanecer en sistemas educativos formales.
Estudios realizados señalan que existen limitantes para que los niños y jóvenes puedan ingresar a las aulas, pero sobre todo que permanezcan en ellas.
Es por eso que surge la imperiosa necesidad de crear planes integrados en los cuales se involucren las familias, comunidades, gobiernos locales, escuelas, colegios y el sistema educativo formal y no formal, con el fin de crear opciones de permanencia o alternativas de capacitación para que los jóvenes tengan la posibilidad de elegir, superarse y crear sus propias oportunidades de crecimiento personal, profesional y laboral.
Es aquí donde la educación inclusiva, para todos, cumple un papel preponderante y se hace necesario que realmente se pongan en práctica sus fundamentos.
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Como lo señala Soto (2005):
La inclusión debe ser concebida, además, como una organización política de la sociedad civil en la lucha por la inclusión de los colectivos minoritarios, cuya vía de acceso más im­portante es el acceso a la educación, aunque no la única. Por lo tanto, la integración edu­cativa y escolar están relacionadas con la inclusión a la educación básica regular de todas las personas, independientemente de sus condiciones; de esta manera, la decisión de si las personas se ven involucrados en procesos de intervención o acción correctiva, o participan de un modelo educativo, corresponde a la familia y la sociedad a la cual pertenecen, y no es sólo tarea de los expertos, sean estos técnicos, científicos o profesionales, como se ha querido asumir. (…)
Soto en su artículo La educación inclusiva, una tarea que le compete a toda una sociedad menciona: “Al hablar de inclusión se habla de tolerancia, respeto y solidaridad, pero sobre todo, de aceptación de las personas, independientemente de sus condiciones Sin hacer diferencias, sin sobreproteger ni rechazar al otro por sus características”. (…)


sábado, 26 de septiembre de 2009

II Congreso Internacional de Educación en Medellín (2)




Ciudadanía: ¿para cuál sociedad?
Janete Ritter


La ciudadanía no es tema que se puede reducir a una concepción de pertenencia a un determinado territorio.
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Para Ianni (2004), el proceso de desarrollo de las fuerzas productivas y las consecuen­tes redefiniciones de las relaciones sociales serían las responsables por “estar en curso la formación de un otro individuo, que podrá ser un nuevo, diferente y problemático ciuda­dano”
Ianni trae nuevamente al centro del debate las posibilidades y los lí­mites de la educación formal, es decir, las relaciones acerca de la educación y ciudadanía, a la vez que, también, la educación formal se circunscribe en función del control de los centros decisorios monopolizados por los órganos transnacionales y multilaterales.

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Así expone Saviani (2001, p. 19):
"... la educación hará la mediación entre el hombre y la ética permitiendo al hombre asumir consciencia de la dimensión ética de su existencia con todo lo que envuelve ese hecho para su vida en sociedad. Hará, también, la mediación entre el hombre y la ciudadanía, permitiéndole adquirir consciencia de sus derechos y deberes delante de los otros y de toda sociedad. Y hará, aún, la mediación entre ética y ciudadanía viabilizando al hombre la comprensión de los límites éticos del ejercicio de la ciudadanía, así como de la exigencia de que la ética no se restrinja al plano individual-subjetivo, pero, se infiltre en la sociedad para que adquiera foros de ciudadanía. En otros términos, por la mediación de la educación, será posible construir una ciudadanía ética e, igualmente, una ética ciudadana".

Al analizar el contenido del trecho reproducido, se verifica que el autor, al referirse a la educación como actividad mediadora entre el hombre y la ciudadanía, considera, al mismo tiempo, lo que es y lo que podrá venir a ser. Particularmente, afirma la existencia de una educación y de una ciudadanía propias de la sociedad burguesa y, como resultado de la comprensión de la contradicción fundamental que marca tal sociedad, reclama la construcción de una otra sociedad “que permita al hombre reconciliar su esencia con su existencia y sus principios generales con sus valores concretos”. Para el autor, en esa sociedad “ascenderemos a una ética y a una ciudadanía mediadas por una educación que realice la verdadera emancipación humana”. De esa forma, las expresiones “ciudadanía ética” y “ética ciudadana”, anteriormente citadas, quieren sintetizar “la expresión plena del desarrollo de la existencia humana”.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Congreso Internacional de Educación en Medellín







(El Centro de Congresos es llamado "Caja de Madera " porque está revestido totalmente por vigas de madera sobre una estructura metálica)


Durante los días 26, 27 y 28 de agosto se realizó en Medellín, Colombia, el II Congreso Internacional de Investigación en Educación, Pedagogía y Formación Docente que fue promovido por la Universidad de Antioquia y la Universidad Pedagógica Nacional, de Colombia.



Participamos en él Oliva Hernando y Ángeles Sebastián, como miembros del Equipo Internacional de Acción Evangelizadora en la Educación Formal, y Yanet, laica coordinadora en nuestro colegio Reina de la Paz de Bucaramanga.



El objetivo del Congreso fue abordar el conocimiento educativo, la investigación educativa y la formación de docentes, con el fin de formular políticas, programas y proyectos orientados a los requerimientos de una educación abierta y de calidad.



Además de las ponencias magistrales, hubo un total de 15 ejes temáticos, entre los que se destacan los de Etnoeducación e Interculturalidad, Educación Tecnológica y Nuevas Tecnologías, Educación y constitución de ciudadanías. Expertos internacionales procedentes de 10 países, compartieron experiencias a través de conferencias, mesas redondas, conversaciones, sesiones temáticas y eventos culturales y sociales.



Hubo claramente dos líneas eje durante todo el Congreso: la urgencia de la pesquisa e investigación por parte de todos los docentes, y la imperiosa necesidad de la inclusión - expresada en sus más diversas formas - en todo el sistema educativo.



Las dos participantes, como miembros del Equipo Internacional, iremos compartiendo en el blog la experiencia vivida y todo lo que nos parezca que pueda ser objeto para la reflexión sobre los rumbos de la educación, o posibles cuestionamientos.