martes, 13 de enero de 2009

Pedagogía ignaciana-un planteamiento práctico VI




Hacia una Pedagogía por la Fe y la Justicia

(15) Los jóvenes deberían sentirse libres para seguir el camino que les permita cre­cer y desarrollarse como seres humanos. Nuestro mundo, sin embargo, tiende a ver el objetivo de la educación en términos excesivamente utilitarios. El énfa­sis exagerado en el éxito económico puede contribuir a extremar la compe­titi­vi­dad y la obsesión por intereses egoístas. Como resultado, aquello que es hu­mano en una materia específi­ca o asignatura, pasa inadvertido a la conciencia del alumno. Y esto puede llegar a obscurecer fácilmente los verdaderos valores y objetivos de una educación humanís­tica.







Para evitar tal distorsión, los pro­fe­so­res deben presen­tar los temas académicos desde una per­spectiva humana, poniendo el énfasis en descubrir y analizar las estructuras, rela­ciones, hechos, cuestiones, intuiciones, conclu­siones, problemas, soluciones e implicaciones que, en cada disciplina concre­ta, sacan a la luz lo que significa ser persona. La educación, por consiguiente, debe llegar a ser una investigación cui­dadosamente razonada a través de la cual los alumnos forman o reforman sus acti­tudes habituales hacia los demás y hacia el mundo.


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