lunes, 26 de enero de 2009

¡Feliz Año Nuevo chino!









"Aunque la crisis esté haciendo la “cuesta de enero” más empinada que nunca, aún hay tiempo para seguir disfrutando de las celebraciones por el cambio de año. Y es que no hay nada mejor que ponerle buena cara al temporal económico y, de paso, aprovechar las ventajas que ofrece la globalización en este mundo cada vez más pequeño para apuntarse al Año Nuevo Lunar, que comienza este lunes en buena parte de Asia y es festejado por más de 1.000 millones de personas.


Como no podía ser de otra manera, la celebración más multitudinaria tiene lugar en China, el país más poblado del planeta. En el coloso oriental ya se preparan para despedir al Año de la Rata, cuya ambición desmedida ha acabado provocando uno de los mayores cataclismos financieros de la Historia, y dar la bienvenida al Año del Buey. De este fuerte y laborioso animal, acostumbrado a tirar del carro en las más duras faenas, se espera que su esfuerzo, paciencia y tenacidad sirvan para sacar a la economía del hoyo y remontar el vuelo durante todo este 4706.


Sí, sí, ha leído bien. Ese es el año que, según el calendario no gregoriano que aún marca las festividades de los chinos, se corresponde con 2009. Regido por las estaciones de la Luna y dividido en ciclos de 12 años, este calendario ha marcado al 26 de enero como la primera jornada del nuevo año, que suele caer entre finales de este mes y mediados de febrero. En estas fechas se produce la segunda luna llena tras el solsticio de invierno, por lo que el Año Nuevo chino también se conoce como la Fiesta de la Primavera al conmemorar el paso de una estación a otra.

Origen legendario.

Por su parte, la división en 12 animales se remonta a una leyenda según la cual el Emperador de Jade (o el mismísimo Buda, a tenor de otras versiones) convocó a varias especies a un banquete. La astuta rata, primer signo del horóscopo chino, ganó tan singular carrera al cruzar un río a lomos del fuerte pero inocente buey, que llegó en segundo lugar". (...)





(Extraído del artículo de Pablo M. Díez desde Pekin, en el ABC del día 25 de enero)

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