domingo, 22 de marzo de 2009

Sobre la Cultura Africana

(Del Instrumento de trabajo para el Sínodo de los Obispos de África “La Iglesia en África hoy )

(...)


Algunos lugares-clave de la vida de las sociedades


3. Área sociocultural


30. Los pueblos africanos mantienen en numerosas regiones del continente, un amor profundo por su cultura. Los artistas, los músicos, los escultores, etc. expresan su genio por medio de obras cada vez más reconocidas. Reconocemos que el enraizamiento cultural condiciona el desarrollo integral de los individuos y de las colectividades. Así, hombres y mujeres del continente se asocian para promover la herencia cultural de su territorio. Algunos Estados se empeñan en ello con resolución. ¿Será que estas acciones concertadas permitirán salvaguardar los valores africanos auténticos de respeto a los ancianos, hacia la mujer como madre, la cultura de la solidaridad, la ayuda mutua y la hospitalidad, la unidad, el respeto por la vida, la honestidad y la verdad, la palabra dada, etc., amenazadas por valores originados en otros continentes y difundidos a través del fenómeno de la globalización?


31. La desfiguración de la identidad cultural condujo a un desequilibrio interior en las personas, que se manifiesta en el relajamiento moral, en la corrupción y el materialismo, en la destrucción del casamiento auténtico y de la noción de una familia sana, en el olvido de las personas mayores y en la negación de la infancia. Una cultura de violencia, de división, de guerrillero-héroe se instaló en la secuencia de los conflictos armados. Parece que un proceso organizado de destrucción de la identidad africana esté en marcha bajo el pretexto de la modernidad. Y éste será tanto más eficaz cuanto más se mantenga el analfabetismo debido a la poca inversión en la educación por los poderes públicos. La educación de la juventud es, así, abandonada a la influencias de los antivalores propagados por los medios de comunicación, por ciertos políticos y otras figuras públicas.


32. Ciertas creencias y prácticas negativas de las culturas africanas exigen aún una vigilancia particular: la hechicería dilacera a las sociedades rurales y urbanas, y, en nombre de la cultura o de la tradición ancestral, la mujer se torna víctima de los preceptos en materia de herencia y de los ritos de viudez, de mutilación sexual, de casamiento forzado, de poligamia, etc.

33. En estas diferentes áreas las Iglesias particulares se sienten interpeladas y esperan tanto del discernimiento de los Padres sinodales a la luz de la Revelación.

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