lunes, 16 de noviembre de 2009

In Memoriam



(Placa in memorian en Valladolid)



“…Me faltan palabras a mí que soy tan verborrágica ... quizá porque el sentimiento más fuerte es la emoción de encontrarme en esta tierra en semejante celebración por el XX aniversario de los Mártires de la UCA.
Ayer, (día 15) antes de las 18.00 horas ya estábamos en el campus de la UCA, un verdadero bosque tropical donde está enclavada la iglesia con el sepulcro de los mártires y donde celebramos la misa de apertura; todas las instalaciones de la universidad y ayer para la fiesta, en todo el paseo central había alfombras hechas de sal o serrín, muy coloridas, con motivos alegóricos a la celebración y por tanto con temas como paz, justicia, fraternidad, solidaridad, igualdad ... y fotos de los mártires con sus nombres, destacando mucho Mons. Romero y los jesuitas.
Del 24 de marzo de este año hasta el próximo, se está celebrando el año de los mártires, de todas las víctimas de este país, que son incontables.
Nos repartieron los farolitos y comenzamos la larga procesión junto al altar preparado para la misa, recorriendo el interior del campus y también por fuera, regresando al punto inicial. Allí dio comienzo la eucaristía presidida por José María Tojeira sj, rector de la UCA, acompañado por Jesús Sariego sj, provincial de Centroamérica y por Andreu Oliver sj, ecónomo provincial y muchísimos sacerdotes más que llenaban todo el altar.
Los cantos bien típicos de este país con sus instrumentos tan ricos y contenido vivencial; las peticiones, las ofrendas, los cantos de acción de gracias, todo muy participado y con gran emoción porque en algunos momentos eran familiares de los mártires”.

(De un correo de María Luisa Berzosa, FI, que estos días está en El Salvador)

“La madrugada del 16 de noviembre de 1989, un destacamento de soldados salvadoreños del batallón Atlacatl entró en la Universidad Centroamericana (UCA) de San Salvador con la intención de matar a los jesuitas Ignacio Ellacuría, Segundo Montes e Ignacio Martín-Baró. Las órdenes indicaban que no podían quedar testigos por lo que, además, fueron asesinados tres sacerdotes – Amando López, Juan Ramón Moreno y Joaquín López – la trabajadora de la Universidad, Julia Elba, y su hija de quince años, Celina Ramos. El asesinato de Ellacuría y de sus compañeros ya había sido anunciado.
Miembros de las Fuerzas Armadas habían calificado la UCA como un “refugio de subversivos” y Ellacuría, empeñado en buscar una solución negociada a la guerra civil, se había convertido en uno de los objetivos más deseados por los militares. Cinco de los jesuitas asesinados eran españoles y, conociendo el riesgo que corrían, habrían podido regresar a su país de origen. Pero no lo hicieron. De esta manera, los seis jesuitas se convierten en un símbolo del trabajo en las fronteras que caracteriza a los miembros de la Compañía de Jesús”.

(De la página web de la Compañía de Jesús)

¡Mártires todos de El Salvador, rogad por nosotros!

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