jueves, 26 de noviembre de 2009

Amistad con el mundo del arte

Mosaico realizado por el P. Rupnik y artistas del Centro Aletti en la capilla de la Casa de Escritores de los Jesuitas en Roma


Continúa teniendo eco la invitación del Papa al mundo del arte para que se haga intérprete en el mundo de una belleza que eleve al espíritu del ser humano y lo abra a la esperanza. Sobre las palabras pronunciadas el sábado pasado por el Papa en la Capilla Sixtina se manifiesta el P. Marco Rupnik SI, teólogo, docente universitario y artista, director del Centro Aletti en el Instituto Pontificio Oriental, que reúne a artistas de inspiración cristiana.


En su entrevista con Fabio Callogrande afirmó que el encuentro de Benedicto XVI con los artistas es un gran gesto de diálogo y de amistad que marcará al mundo del arte. Este gesto de Benedicto XVI es de gran importancia para el diálogo entre la Iglesia y el arte, pero sobretodo entre la Iglesia y los artistas. Este encuentro expresa que la Iglesia ha percibido que los artistas permanecen de alguna forma lejos, o dando tímidos pasos acercándose a retomar los grandes temas espirituales que la Iglesia custodia como tesoros. Y ciertamente, como se sentía en las palabras de Benedicto XVI, él desea que estos encuentros se multipliquen.


Esta dificultad tiene raíces lejanas. El arte en una cierta época histórica se sintió marginada, metida en una vía sin salida, cuando Europa había optado por el concepto, la palabra, la lógica, la ciencia, por la filosofía como camino del conocimiento, mientras que en los tiempos antiguos el arte era el camino regio, el símbolo, la metáfora. Encontrándose en la parte más marginal, ciertamente el arte recoge toda la protesta de este hombre ofendido, herido en esquemas muy racionalistas, intelectualistas, mecanicistas, esquemáticos. Ciertamente todo lo más genuino del ser humano se expresa en el arte.


En este punto incluso la Iglesia está involucrada porque vivimos en una cultura. Pero parece que hoy se percibe un nuevo deseo, -aunque no directamente, no aún explícitamente religioso-, pero compartido por todos los que dicen que es bello crear una realidad que pueda transmitir alguna cosa que vaya más allá de sí misma. Una obra en frente a la cual reencontrarse, sea en momentos de dificultad de la vida, sea en momentos felices. Una obra que pueda decir alguna cosa a cualquiera, por estar junto a esta persona que mira la obra de arte.


Estamos en un momento en que el deseo de salir de sí y ponerse en comunicación y comunión con los otros se torna un estado de ánimo en tantos artistas. Por eso la Iglesia está ante una gran ocasión en este momento: iniciar un camino de más amistad- como decía el mismo Santo Padre- con los artistas, para a ayudarles a abrirse y hacerles experimentar estos grandes tesoros de la salvación.


Debemos ayudarlos para que el gran contenido de la redención, de la luz, del amor, de la acogida, de la misericordia, pueda ser transmitido a través de las personas que tienen el talento de la sensibilidad y la capacidad de expresión.

(De la entrevista en Radio Periódico de Radio Vaticana de 24/11/2009)

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