martes, 24 de noviembre de 2009

"Hacer el bien y hacerlo bien"


Hace unos días regresé de San Salvador después de participar en el XL Congreso de la Federación Internacional de Fe y Alegría, desde mi trabajo con los inmigrantes latinoamericanos en Roma.

Se celebraban los cuarenta años de la presencia de FyA en aquel país y bajo el lema señalado se trabajó la gestión de nuestras obras y actividades conforme al Ideario de Fe y Alegría. Porque nos debemos a las personas más desfavorecidas, el servicio debe hacerse bien; no basta con hacer el bien, necesitamos también hacerlo con calidad, no solo académica, científica, sino sobre todo humana, con cabeza y corazón, se decía.

La metodología ha sido participativa en grupos de trabajo, partiendo de un documento base que se preparó meses antes con aportes de todos; hubo ponencias relativas a algunos puntos centrales:

- Liderazgo compartido - gestión participativa, Javier Velasco s.j, Bolivia
- Autonomía funcional y redes, Sr. Víctor Murillo, Colombia
- Gestión Humana, Carlos Fritzen sj, Brasil
- Liderazgo y Gestión y Líderes para el cambio social, Ignasi Carreras, ESADE, Barcelona
- Gestión del conocimiento, Sra. Sandra Vásquez, San Salvador.

Una constatación dominante –del Espíritu sin duda- es que en medio de los temas citados, aparecieron como “fuera de programa” dos aspectos urgidos de profundización como son la Identidad y la Espiritualidad. Serán ocasión de otro Congreso.

Más allá del rico bagaje de conocimientos y experiencias que nos dejaron estos días intensos de trabajo, vividos en un cálido ambiente de familia grande que se reencuentra cada año y goza con ello, fue el marco histórico de su desarrollo: comenzamos y terminamos junto a los Mártires de la UCA en el XX aniversario de su asesinato.


La eucaristía de apertura en la iglesia que acoge sus tumbas, destacando con una gran foto y un ramo de flores, la de Joaquín López y López SJ, el único salvadoreño y entonces director de FyA del país, nos puso en clima de gratitud a Dios por esas vidas entregadas al pueblo y segadas precisamente por su compromiso coherente.

Cerramos el Congreso participando en la procesión de farolitos, eucaristía y concierto, la noche del 14 al 15, con una enorme cantidad de gente sobre todo jóvenes, a lo largo y ancho del campus universitario de la UCA.

Es difícil trasmitir la emoción sentida al palpar cómo los Mártires, -tantos en ese país-, están vivos y presentes en la gente salvadoreña. La mayor parte de jóvenes no han conocido ni a los jesuitas ni a Mons. Romero, sin embargo, se sienten motivados a mantener esa memoria; sus cantos, su música, sus símbolos … todo nos habla de liberación, de paz, de solidaridad, de justicia...

Y finalmente, el domingo, celebramos la eucaristía en el altar donde mataron a Mons. Romero, visitamos sus habitaciones y la cripta de la catedral donde está enterrado. Rezamos y cantamos penetrados de la emoción iniciada la noche anterior.

Volví a Roma con sabor a Pascua, con la certeza agradecida al Señor y a la Congregación, de que estos hermanos nuestros ofrendaron su vida por ese país, se sembraron hasta la muerte y están dando fruto porque nadie les quitó la vida, ellos se anticiparon a donarla libremente.

María Luisa Berzosa fi

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