jueves, 12 de febrero de 2009

Relación Profesor - Discípulo







(De Pedagogía ignaciana - un planteamiento práctico)

Relación Profesor‑Discípulo



(27) Aplicando pues el paradigma ignaciano a la relación profesor-alumno la función primordial del profesor es facilitar una rela­ción progre­siva del alumno con la verdad, especialmente en las materias con­cre­tas que está estu­diando, con la ayuda del profesor. El creará las condiciones, pon­drá los funda­men­tos, proporcio­nará las oportunidades para que el alumno pueda llevar a cabo una continua interrelación de EXPERIENCIA, RE­FLE­XIÓN y ACCIÓN.



(28) Comenzando por la EXPERIENCIA, el profesor crea las condiciones para que los estudiantes reúnan y recuerden los contenidos de su propia experiencia y sele­ccio­nen lo que ellos consideren relevante, para el tema de que se trata, so­bre he­chos, sentimientos, valo­res, introspecciones e intuiciones. Después, el pro­fesor guía al estudiante en la asimilación de la nueva información y expe­rien­cia de tal forma que su conocimiento progrese en ampli­tud y verdad. El pro­fesor pone las bases para que el alumno «aprenda cómo aprender», implicán­dole en las técnicas de la REFLE­XIÓN.

Hay que poner en juego la memoria, el entendimiento, la imaginación y los senti­mientos para captar el significado y valor esencial de lo que se está estudiando, para descubrir su relación con otros aspectos del conocimien­to y la actividad huma­na, para apre­ciar sus impli­ca­ciones en la búsqueda conti­nua de la verdad. La refle­xión debe ser un proceso for­ma­tivo y libre que modele la conciencia de los estudian­tes, -sus actitudes co­rrien­tes, sus valores y creencias, así como sus formas de pensar-, de tal manera que se sientan impulsados a pasar del conocimiento a la ACCIÓN.

Consiguien­te­mente el papel del profesor es asegurar que haya oportunida­des de desarrollar la imaginación, y ejercitar la voluntad de los alumnos para elegir la mejor línea de actua­ción que se derive de lo aprendido y sea su seguimiento. Lo que ellos van a realizar en consecuencia bajo la dirección del profesor, si bien no logrará tran­sformar el mundo entero de forma inmediata en una comunidad de justicia, paz y amor, podrá al menos constituir un paso educativo en esa dirección y hacia ese objetivo, aun­que no sea más que proporcionar nuevas experiencias, ul­te­riores refle­xiones, y accio­nes coherentes con la materia considerada.

No hay comentarios: