domingo, 10 de mayo de 2009

La prueba más dura del amor




(De "Pedagogía Ignaciana, un planteamiento práctico")


(59) 4. LA ACCIÓN: Para Ignacio la prueba más dura del amor es lo que uno hace, no lo que dice. «El amor se demuestra con los hechos, no con las palabras». El impulso de los Ejerci­cios Espirituales permitía precisamente al ejercitante conocer la voluntad de Dios, para llevarla a cabo libremente. Por eso, también, Ignacio y los primeros jesui­tas estaban muy preocupados por la formación de las actitudes de los alumnos, sus valores e ideales, según los cuales iban a tomar decisiones en una gran variedad de situa­ciones en las que tendrían que actuar. Ignacio quería formar en los cole­gios de la Compañía jóvenes que pudieran contribuir inteligente y eficaz­mente al bienestar de la sociedad.

(60) • La reflexión de la pedagogía ignaciana sería un proceso truncado si ter­minase en la comprensión y en las reacciones afectivas. La reflexión igna­ciana comienza precisamente con la realidad de la experiencia y ter­mina necesariamente en esa misma realidad para actuar sobre ella. La reflexión sólo hace crecer y madurar cuando promueve la decisión y el compromiso.

(61) • En su pedagogía, Ignacio destaca el estadio afectivo/evaluativo del pro­ceso de formación porque es consciente de que los sentimientos afectivos, además de permitir «sentir y gustar», es decir profundizar en la propia experiencia, son fuer­zas motivadoras que le hacen pasar a uno de la comprensión a la acción y al compromiso. Respetando la libertad de cada uno, trata más bien de animar a la decisión y al com­pro­miso por el «magis», el mayor servicio de Dios y de nuestras her­manas y hermanos.

(62) • El término ACCIÓN se refiere aquí al crecimiento humano interior basado en la experiencia sobre la que se ha reflexionado, así como a su manifestación externa.

Esto supone dos pasos:

1) Las opciones interiorizadas.
Después de la reflexión, el alumno considera la experiencia desde un punto de vista personal y humano. A la luz de la comprensión intelec­tual de la experiencia y de los sentimientos implicados, -positivos o nega­tivos-, es cuando la voluntad se siente movida. Los contenidos percibidos y analizados conducen a opciones concretas. Estas pueden ocurrir cuando una persona decide que tal verdad va a ser su punto per­sonal de referencia, la actitud o predisposición que va a influir en una serie de decisiones. Y puede adquirir la forma de una gradual clari­ficación de las propias prioridades. Es en este momento cuando un alumno puede decidir asumir tal verdad como propia, mantenién­dose aún abierto respecto a dónde le va a llevar esa verdad.

2) Las opciones que se manifiestan al exterior.
Con el tiempo, estos contenidos, actitudes y valores interiorizados, for­man parte de la persona, e impulsan al estudiante a actuar, a hacer algo cohe­rente con sus convicciones. Si el contenido fue positivo, el estu­diante proba­blemente intentará incrementar aquellas condiciones o circunstancias en las que la experiencia original tuvo lugar. Por ejemplo, si un alumno ha tenido éxito en educación física, se inclinará a practicar habi­tualmente algún deporte durante su tiempo libre. Si a una alumna le ha gustado la historia de la litera­tura, sacará tiempo para leer. Si otro en­cuentra valioso ayudar a sus compa­ñeros en sus estu­dios, puede ofrecerse como voluntario en algún programa para ayu­­dar a los estudiantes más flo­jos. Si él o ella aprecian mejor las nece­­sida­des de los pobres, después de ha­ber vivido experiencias de servicio en áreas de marginación y haber re­flexionado sobre ellas, esto po­dría influir en su elección de carrera o sen­tirse motivados a trabajar por los pobres en un voluntariado. Si el con­tenido fue negativo, enton­ces el alumno probable­mente intentará con­trarrestar, cambiar, discernir o evitar las condiciones y circuns­tancias en las que ocurrió la experien­cia original. Por ejemplo, si el estudiante se da cuenta ahora de las cau­sas de su fracaso escolar, podrá decidirse a mejo­rar sus hábitos de estu­dio para evitar otro fracaso.

No hay comentarios: