lunes, 8 de diciembre de 2008

Día de la Inmaculada en Roma



El día de la Inmaculada de este año, en que recordamos los 137 años de nuestra Congregación dedicada al servicio educativo en la Iglesia, lo hemos celebrado especialmente en la Eucaristía presidida por el P. Ignacio Echarte, SJ.
Estábamos las tres comunidades de Roma y también Giuseppa Passaretti, de la comunidad de Caivano, en Nápoles.
El celebrante nos llevó a reflexionar sobre las lecturas de la misa, particularmente sobre las preguntas que nos presentan dos de los textos: en la primera lectura, es Dios quien las hace a la Humanidad, en Adán y Eva, que sólo tienen respuestas evasivas. En el evangelio, es María quien hace las preguntas, para asumir plenamente su misión.
La carta a los Efesios nos hace saborear el gran don de Dios en su Hijo Jesucristo, en quien somos bendecidos con toda clase de bendiciones, el sueño de Dios para la Humanidad.



Alegremente continuamos la celebración, en los pasillos y en la mesa.
Se sentía a la familia universal de la Madre Cándida entre nosotras en Roma: tanto las Hijas de Jesús a lo largo y ancho del mundo, como los laicos que juntamente con nosotras se empeñan en hacer de este mundo un mundo de hermanos.
Por toda esta gran familia, repetimos como la Madre Cándida:
"Bendito sea Dios que tanto nos quiere"

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