miércoles, 5 de agosto de 2009

Nieve en el agosto romano



Según una tradición, en el siglo IV vivía en Roma una piadosa pareja. Él se llamaba Juan Patricio mientras que el nombre de su esposa se desconoce. La noche del 4 de agosto, Nuestra Señora se les apareció diciéndoles que deseaba que construyeran una basílica en el Monte Esquilino (una de las siete colinas de Roma), en el punto preciso que ella señalaría con una nevada. También se le apareció al Papa Liberio con el mismo mensaje. En la mañana siguiente, el 5 de agosto, mientras brillaba el sol en pleno verano, la ciudad quedó sorprendida al ver un terreno nevado en el Monte Esquilino. La pareja, feliz, se apresuró al lugar y el Papa Liberio marchó hacia el mismo en solemne procesión. La nieve cubrió exactamente el espacio que debía ser utilizado para la basílica y desapareció una vez señalado el lugar. Después se construyó una basílica siendo financiada por Juan Patricio. Por su origen es conocida también como Santa María de la Nieves, o Basílica liberiana. Es una de las cuatro basílicas papales de Roma.


Sobre esta basílica fue construída la actual que fue erigida por el Papa Sixto III entre el año 432 y el 440, y dedicada al culto de Nuestra Señora, ya que el dogma de su divina maternidad había sido proclamado en Éfeso en el año 431.


En la celebración que se realiza en la Basílica todos los cinco de agosto, se hace caer del techo una cascada de pétalos de rosas blancas, recordando el milagro.

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