sábado, 8 de mayo de 2010

Desafíos en la pastoral universitaria



(Noticia en "Servicio electrónico de Información S J", 7 de mayo)

"El Superior General de los jesuitas, P. Adolfo Nicolás, participó del Tercer Encuentro de Instituciones de Educación Superior de la Compañía de Jesús, en México. En su largo, apreciado y aplaudido discurso, el Padre General identificó los desafíos que la Compañía tiene que afrontar: desde la imperiosa necesidad de una educación que capacite a los jóvenes para trabajar en la preparación de un futuro mejor para la humanidad, hasta la urgencia de encontrar soluciones a los problemas de la violencia, el cambio climático, las migraciones forzadas, la desigualdad en la distribución de la riqueza, y la falta de una auténtica democracia.


"Buscamos el mejor modo de vivir más humanamente: un modo de vivir con menos injusticias, menos marginación... Todos queremos participar en este cambio: todos queremos ser parte de este proceso. Las soluciones a las que puede llevarnos ese proceso, reclaman hoy, necesariamente, la intervención de los que forman parte del problema".

Después de haber ilustrado ampliamente su pensamiento en presencia de casi 200 participantes que representaban más de 102 instituciones de todo el mundo - la nube de cenizas provocada por la explosión del volcán islandés impidió que alrededor de 40 personas llegaran a tiempo-, el mismo Padre General hizo un resumen de los puntos cruciales de su discurso:

"He querido que reflexionáramos juntos sobre los desafíos que la globalización presenta a las universidades de la Compañía de Jesús como instituciones de cultura, de servicios y de investigación. En primer lugar, en respuesta a la globalización de la superficialidad he sugerido la necesidad de estudiar con profundidad el mundo cultural que emerge de nuestros estudiantes como medio de encontrar caminos creativos que nos lleven a profundizar el pensamiento y la imaginación; una profundidad capaz de transformar las personas.

En segundo lugar, con el objetivo de elevar a su máxima potencia las nuevas posibilidades que nos ofrecen la comunicación y la cooperación, he solicitado de las universidades jesuitas que trabajen para formar redes internacionales que se ocupen de temas importantes relacionados con la fe, la justicia, la ecología. Temas que nos presentan desafíos que superan la capacidad de los individuos, países y continentes.

Finalmente, contra la desigualdad en la difusión del conocimiento, he querido estimular la búsqueda creativa de rutas que hagan posible compartir con los excluidos los resultados de la investigación. En respuesta a la difusión generalizada del secularismo y del fundamentalismo, he querido estimular a las universidades de la Compañía a que renueven el empeño de la tradición jesuita en un ministerio intelectual que sea capaz de mediar entre la fe y la cultura".

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