(Extraído de Pedagogía Ignaciana - un planteamiento práctico)
(32) La comprensión del Paradigma Pedagógico Ignaciano debe considerar tanto el contexto del aprendizaje como el proceso más explícitamente pedagógico. Se consideran por tanto cinco pasos: CONTEXTO, EXPERIENCIA, REFLEXIÓN, ACCIÓN, EVALUACIÓN.
(33) 1. EL CONTEXTO DEL APRENDIZAJE:
(38) Los profesores y los demás miembros de la comunidad educativa deberían, en consecuencia, tener en cuenta:
a) El contexto real de la vida del alumno que incluye su familia, los compañeros, las situaciones sociales, la misma institución educativa, la política, la economía, el clima cultural, la situación eclesial, los medios de comunicación, la música y otras realidades. Todo esto tiene un impacto positivo o negativo en el estudiante.
(39) b) El contexto socio-económico, político y cultural dentro del cual se mueve un alumno, puede afectar seriamente a su crecimiento como «hombre para los demás». Por ejemplo, una cultura de pobreza endémica afecta negativamente, en general, a las expectativas de éxito escolar; los regímenes políticos opresivos bloquean los cuestionamientos que pueden poner en peligro sus ideologías dominantes.
(40) c) El ambiente institucional del colegio o centro educativo, es decir, todo el complejo y a menudo sutil conjunto de normas, expectativas y especialmente de relaciones que crean la atmósfera de la vida escolar. Recientes estudios sobre las escuelas católicas destacan la importancia de un ambiente positivo en la escuela.
(41) d) Los conceptos previamente adquiridos que los alumnos traen consigo al comienzo del proceso de aprendizaje. Sus puntos de vista y los conceptos que pueden haber adquirido en aprendizajes anteriores, o haber captado espontáneamente de su ambiente cultural, así como los sentimientos, actitudes y valores que tienen respecto a la materia que van a estudiar, todo ello forma parte del contexto real de la enseñanza.
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