(del mensaje de la Comisión Episcopal para el Clero y la Vida Consagrada, Roma, 2 de febrero de 2009)
(...)
"Este amor apasionado por Jesús suscita una respuesta totalizante de parte del consagrado en una reciprocidad de amistad y esponsal: " Juzgo todo como pérdida ante la sublimidad del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por quien perdí todas las cosas, y las tengo por basura..." (Fil. 3,8) "Para mí la vida es Cristo" (Fil. 1,21)
(...)
Que esta Jornada sea para todos los consagrados y consagradas ocasión para renovar la oferta total de sí mismos al Señor en el generoso servicio a los pobres, según el carisma del Instituto al cual pertenecen".
Recordamos también la LVAF en su número 3:
"Sentirse convocadas y comprometidas
a formar parte de una comunidad que tiene a Jesús como centro,
en actitud de abandono, confianza en Dios, dispuestas a hacer en todo su voluntad
y trabajar en bien de los demás"
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