Del texto "Pedagogía ignaciana - un planteamiento práctico", nº 7)
La pedagogía ignaciana desde sus comienzos ha sido ecléctica en la selección de métodos de enseñanza y aprendizaje. El mismo Ignacio de Loyola adoptó el «modus Parisiensis», sistema pedagógico empleado en la universidad de París en su época. Este método fue enriquecido con un conjunto de principios pedagógicos que él previamente había desarrollado al aplicar los Ejercicios Espirituales.
Naturalmente en el siglo XVI los jesuitas carecían de los métodos formales, científicamente comprobados, que se ofrecen hoy día, por ejemplo, en la psicología pedagógica. La atención individual prestada a cada alumno hizo a estos profesores jesuitas sensibles a lo que realmente podía ayudar al aprendizaje y la madurez humana. Compartieron sus descubrimientos en numerosas partes del mundo, y verificaron la validez universal de sus métodos pedagógicos.
Estos métodos se decantaron en la Ratio Studiorum, un código de educación liberal que llegó a convertirse en norma para todos sus colegios.
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