Yo os suplico en este día
lunes, 31 de mayo de 2010
Poesía de la Madre Cándida
Yo os suplico en este día
miércoles, 12 de mayo de 2010
Tercer círculo
lunes, 10 de mayo de 2010
Segundo círculo
(Extraído de “La pastoral educativa en la escuela” - Jesús Triguero Juanes, CIEC - continuación)
Segundo círculo en los niveles del proceso evangelizador: el diálogo fe-cultura. En este nivel se imponen dos tareas:
Evangelización de la cultura. La primera tarea se refiere a la transmisión de la cultura, aquello que justifica la existencia de la escuela. El riesgo de la escuela católica actual está en descuidar esta tarea de evangelización de la cultura, y refugiar su identidad en un plan de actividades religiosas. Su primer problema no es el de la propuesta de la fe, sino el de la transmisión de una cultura abierta a las dimensiones espirituales y religiosas, a perspectivas cristianas y evangélicas. La escuela católica proporciona las claves y el discernimiento humano y cristiano para que el saber, unido a las destrezas y a los valores, adquiera sentido y significación, y se transforme así en cultura, capaz de estructurar el pensamiento de la persona. En la práctica, es una tarea delicada y discreta, pero irrenunciable, que ha de concretarse en cada área de contenidos.
Inculturación de la fe. La segunda tarea es la propuesta del sentido cristiano del mundo, del hombre y de la historia, la exposición de las claves cristianas de interpretación de las experiencias vitales del alumno, el anuncio del Mensaje de Salvación. Es propio, aunque no exclusivo, de la Enseñanza Religiosa. La aportación principal de la enseñanza religiosa escolar al proceso de educación de la fe consiste en la formulación racional cultural de la identidad cristiana, y la posibilidad de integrar el saber religioso entre el conjunto de saberes humanos como un elemento crítico y direccional.
sábado, 8 de mayo de 2010
Desafíos en la pastoral universitaria
"El Superior General de los jesuitas, P. Adolfo Nicolás, participó del Tercer Encuentro de Instituciones de Educación Superior de la Compañía de Jesús, en México. En su largo, apreciado y aplaudido discurso, el Padre General identificó los desafíos que la Compañía tiene que afrontar: desde la imperiosa necesidad de una educación que capacite a los jóvenes para trabajar en la preparación de un futuro mejor para la humanidad, hasta la urgencia de encontrar soluciones a los problemas de la violencia, el cambio climático, las migraciones forzadas, la desigualdad en la distribución de la riqueza, y la falta de una auténtica democracia.
"Buscamos el mejor modo de vivir más humanamente: un modo de vivir con menos injusticias, menos marginación... Todos queremos participar en este cambio: todos queremos ser parte de este proceso. Las soluciones a las que puede llevarnos ese proceso, reclaman hoy, necesariamente, la intervención de los que forman parte del problema".
Después de haber ilustrado ampliamente su pensamiento en presencia de casi 200 participantes que representaban más de 102 instituciones de todo el mundo - la nube de cenizas provocada por la explosión del volcán islandés impidió que alrededor de 40 personas llegaran a tiempo-, el mismo Padre General hizo un resumen de los puntos cruciales de su discurso:
"He querido que reflexionáramos juntos sobre los desafíos que la globalización presenta a las universidades de la Compañía de Jesús como instituciones de cultura, de servicios y de investigación. En primer lugar, en respuesta a la globalización de la superficialidad he sugerido la necesidad de estudiar con profundidad el mundo cultural que emerge de nuestros estudiantes como medio de encontrar caminos creativos que nos lleven a profundizar el pensamiento y la imaginación; una profundidad capaz de transformar las personas.
En segundo lugar, con el objetivo de elevar a su máxima potencia las nuevas posibilidades que nos ofrecen la comunicación y la cooperación, he solicitado de las universidades jesuitas que trabajen para formar redes internacionales que se ocupen de temas importantes relacionados con la fe, la justicia, la ecología. Temas que nos presentan desafíos que superan la capacidad de los individuos, países y continentes.
Finalmente, contra la desigualdad en la difusión del conocimiento, he querido estimular la búsqueda creativa de rutas que hagan posible compartir con los excluidos los resultados de la investigación. En respuesta a la difusión generalizada del secularismo y del fundamentalismo, he querido estimular a las universidades de la Compañía a que renueven el empeño de la tradición jesuita en un ministerio intelectual que sea capaz de mediar entre la fe y la cultura".
jueves, 6 de mayo de 2010
Pedagogía del umbral
“La acción pastoral de la escuela católica se desarrolla en varios niveles, atendiendo a la situación en que se encuentran los diferentes destinatarios respecto a la fe, pero también a las diversas facetas en que ha de madurar la personalidad. De ahí que guarden entre sí un orden de sucesión, y también de simultaneidad. De forma un tanto convencional podemos representar los niveles del proceso evangelizador de la escuela católica como tres círculos concéntricos, a cuyo interior sólo se accede pasando por los más externos. Cada uno de ellos expone y profundiza una propuesta, no una imposición. Debe contar con la libertad de la persona para acogerla o rechazarla, pues el acto de fe es respuesta del hombre libre a la Palabra de Dios. Es, por tanto, normal que el nivel más interno, que implica el haber aceptado la fe, tenga como destinatarios efectivos a un número sensiblemente menor que los anteriores niveles.
Primer círculo: personalización o "pedagogía del umbral".
Tres aspectos o "sectores" han de tenerse en cuenta para una adecuada personalización:
La educación en valores está experimentado, cada vez más, un notable impulso. Valores, actitudes y normas pasan a ser contenidos curriculares que han de ser objeto de enseñanza y aprendizaje en la escuela. Desde su Carácter Propio y a la luz del Evangelio, la escuela católica desarrolla una pedagogía de los valores que se fundamenta en la prioridad al respeto al otro, la solidaridad responsable, la creatividad y la interioridad, según la inspiración evangélica del amor cristiano. Educando en los valores y para los valores, la escuela "forma al hombre desde dentro, lo libera de los condicionamientos que pudieran impedirle vivir plenamente como hombre" (EC 29).
Educar en la esperanza o educar para la utopía es cultivar expectativas, preparar hombres que se nieguen a aceptar la realidad actual como única realidad posible y se empeñen en su transformación. Educar en la esperanza es educar en el valor de la vida, su significado y su destino, el sentido del más allá, la superación de las estructuras, la capacidad de mejorar el presente. Desde este sector de la pedagogía del umbral, la escuela, al menos la escuela católica, debería salir al paso de una acusación frecuentemente repetida: que reproduce el modelo social en el que está inmersa y prepara a sus alumnos para perpetuar el sistema.
Pero también debe mostrar que el hombre no se completa sino sobrepasándose y abriéndose a Dios, y que "el mensaje cristiano no aparta a los hombres de la edificación del mundo ni los lleva a despreocuparse del bien ajeno; sino que, al contrario, les impone como deber el hacerlo" (GS 34.3).
Educación para la búsqueda. El tercer sector de la pedagogía del umbral nos viene a recordar que la mejor escuela no es la que da muchas respuestas, sino la que genera preguntas en el interior de la persona y la incita a buscar respuesta. El problema de muchos de nuestros jóvenes es que han oído muchas respuestas, pero no tienen interrogantes que les inquieten, por eso no buscan. Educar para la búsqueda supone: desarrollar la capacidad de preguntarse, y no sólo de aprender; desarrollar la capacidad crítica y transformadora, y no sólo de integrarse en el sistema; desarrollar la apertura al Misterio, descubrir el sentido sacramental de la vida y del mundo, en lugar de proponer un descubrimiento científico pero opaco de la realidad. Todo lo que es propio de este primer nivel debe ser programado desde el Proyecto Educativo, del Proyecto Curricular y del Proyecto Pastoral.
lunes, 3 de mayo de 2010
Proyecto Educativo
"El Proyecto Educativo del colegio es una explicitación de la propuesta pedagógica que identifica y caracteriza a una comunidad educativa y que se manifiesta en un ideario institucional, una misión, un marco teórico doctrinal, la lectura del medio situacional en el que dicha comunidad se inserta y un marco operativo que constituye la utopía instrumental para una mejor organización del centro educativo.
No es una utopía llena de ilusiones irrealizables, ni un documento elaborado por el equipo directivo entre cuatro paredes, ni tampoco una respuesta a las exigencias del momento. Debe ser, entre otras cosas: una sucesión de ideas y objetivos sustentados en la realidad y factibles a mediano y largo plazo, el resultado de la participación de los ejes de la comunidad educativa, es decir: padres, alumnos, docentes, dirección y finalmente tiene que ser un compromiso con la función educativa y una manera de cooperar con el logro de los objetivos educacionales:
a) El ideario es un conjunto de convicciones profundas y opciones fundamentales, que manifiestan la identidad de un centro educativo tanto en su vida interna como en sus relaciones con el mundo exterior.
b) La misión es el objetivo central y el propósito más importante por el que trabajan y se esfuerzan los componentes de una comunidad educativa; expresa lo que se pretende lograr en el ideario y enfatiza aquello que distingue a un centro educativo de otro.
c) El marco teórico doctrinal corresponde a la etapa filosófica de toda institución. Es un referente de principios y valores educativos, que fundamentan la actuación de los miembros en la comunidad educativa, con vistas a una efectiva visualización práctica de los objetivos de la educación del centro.
d) El marco situacional viene a ser el resultado del estudio del medio circundante local, provincial y nacional, a fin de tomar conciencia, como centro educativo, de los hechos más significativos que configuran la realidad del colegio: fortalezas, debilidades, amenazas y oportunidades.
e) El marco operacional expresa la utopía instrumental del centro educativo y determina quiénes son las personas y cuáles son sus funciones para hacer realidad una renovación actualizada del colegio. Ofrece mecanismos organizativos operacionales: organigrama, manual de funciones, manual de procedimientos, para que dicho proceso de renovación sea asumido en forma participativa y corresponsable por todos los integrantes de la comunidad.
viernes, 16 de abril de 2010
La comunidad cristiana escolar
“La comunidad cristiana que anima la pastoral de una escuela católica no se identifica, normalmente, con la comunidad educativa, aunque esté relacionada e incluso integrada en ella. Entre ambas puede establecerse una gran correspondencia: “El laico católico testigo de la fe en la escuela”, dice que: "La comunidad educativa debe aspirar a constituirse en la escuela católica en comunidad cristiana, es decir, en verdadera comunidad de fe" (LCT 41). Esa aspiración se traduce en un proceso que podríamos llamar de fermentación de la masa por la levadura, que es la pequeña comunidad cristiana presente en la comunidad educativa; ella es garante del proceso de fe que se realiza en la escuela.
Como toda otra escuela, y más que ninguna otra, la escuela católica debe constituirse en comunidad que tienda a la transmisión de valores de vida (EC 53). Ofrece y experimenta un modelo de sociedad que el mundo necesita a toda costa si quiere sobrevivir. Es, precisamente, en relación a este concepto comunitario y alternativo de escuela, donde la comunidad cristiana justifica su existencia en el ámbito escolar. Ella aporta a la escuela el signo de la Encarnación: Dios presente en lo humano. La comunidad cristiana se sitúa dentro de lo específico de la escuela: la transmisión de la cultura, la maduración de la persona; y lo revela como lugar en el que Dios se manifiesta.
Muy sencillamente podemos describir la comunidad cristiana como "el grupo de creyentes bautizados que han hecho una opción explícita por vivir en la fe y desde la fe, que se comprometen a impulsar, juntos, el proyecto evangelizador de la escuela católica". "Es un grupo de talla humana e identidad cristiana, que ha asumido el programa de Jesús, que expresa y celebra su fe en Jesús, y se compromete en la realización del Reino de Dios a través de la educación”. Estas características se entienden no como atributos fijos, sino como "dimensiones" que la comunidad va ampliando desde su proyecto comunitario, dando lugar, en la práctica, a formas muy diversas de comunidad.
La comunidad cristiana escolar puede estar constituida por un grupo único o por varios grupos con diferente identidad: religiosos y laicos. Cada uno con su propio ritmo y estilo. Pero siempre habrá un proyecto común sobre los elementos mínimos que concretan la comunión interna: relación, formación, celebración de la fe y responsabilidad común en la misión. La comunión externa: con la Iglesia local, con los organismos pastorales y comunidades cristianas del entorno.
Este planteamiento de comunidad cristiana escolar tiene en cuenta un nuevo factor que está cambiando la vida de la Iglesia: es la labor evangelizadora de los laicos (RM 2).
miércoles, 14 de abril de 2010
Pluralismos
El pluralismo social, con sus indudables aspectos positivos, favorece el relativismo, el pensamiento débil y la religión a la carta; la indefinición como manera de vivir y el rechazo de las opciones que comprometen la vida en una determinada dirección.
El desafío que tiene planteada la escuela católica en este contexto pluralista, no se reduce a enseñar a usar la libertad, tarea esencial en su labor educativa, sino que ha de plantearse una coherencia de vida desde todo el proyecto educativo, a partir de los valores que en él proclama y ayuda a cada educando a edificar su propia identidad. Simultáneamente, ha de educar en la tolerancia y la cooperación, pues nadie es poseedor de toda la verdad.
La secularización, que ha rescatado la autonomía del hombre y de la naturaleza frente a la omnipresencia de lo sagrado y la religión. El proceso de secularización no se limita a afirmar lo humano, sino que, frecuentemente, degenera en secularismo y pretende anular cualquier relación de trascendencia. De esta forma se promueve la indiferencia religiosa y se facilita el paso al materialismo y al ateísmo práctico.
La faceta negativa de la secularización pone en entredicho la dimensión cristiana de la escuela; incluso se la tacha frecuentemente de anacrónica. La comunidad cristiana que anima la escuela católica tiene el reto de hacer de ella un signo de la encarnación de Dios en el mundo al unir calidad humana escolar y educación cristiana. También tiene el reto de convertir el ámbito de la escuela en un espacio de comunión, en un centro de experimentación de los valores más representativos del Reino.
El contexto educativo-escolar, marcado por las reformas educacionales, nos ofrece un proyecto de desarrollo de la persona humana, fundamentalmente abierto y positivo. A la escuela católica le toca enriquecerlo, aportándole la dimensión trascendente, que sin ser negada en dichas reformas, tampoco es considerada. La escuela católica ha de dar coherencia a todo el proceso educativo e intentar lograr la formación plena y el pleno desarrollo de la personalidad del alumno, que las propias reformas educativas plantean como objetivo primero y fundamental de la educación.
Según los presupuestos filosóficos y antropológicos de que se parta, se abordará esa formación con una perspectiva diferente. A la escuela católica le corresponde presentar "el hombre según Cristo" (EC 47) De igual forma hemos de apreciar las posibilidades que las reformas educativas ofrecen para la educación en valores, facilitando así el llevar a la práctica esta preocupación fundamental de la formación cristiana".
lunes, 12 de abril de 2010
Misión compartida
"La pastoral de la escuela católica tiene nuevos puntos de referencia en la Iglesia, la cual le pide que siga siendo "tan útil para cumplir la misión del Pueblo de Dios y para promover el diálogo entre la Iglesia y la sociedad humana." (GEM 8).
La centralidad de la comunidad cristiana en toda la actividad evangelizadora, el nuevo dinamismo ministerial que va ligado a la anterior, y el papel que el cristiano laico ha adquirido en la Iglesia, son tres claves para enfocar hoy la pastoral de la escuela católica. La Nueva Evangelización realza el papel de la escuela católica en la evangelización de la cultura. Su pastoral tendrá que proyectarse con nuevo ardor para allanar el camino de la fe a muchos alumnos, bautizados, pero alejados de la vida eclesial. Por otra parte, la escuela católica tiene que esclarecer sus funciones en algunos campos, ante la nueva presencia de la Parroquia en la vida eclesial, planteada a veces de forma unilateral. Las relaciones entre ambas instituciones eclesiales tienden ya a buscar la armonía y mutua cooperación, superando la falta de diálogo que en algunos casos ha existido.
En una Iglesia-Comunión, la "misión compartida" es una exigencia y consecuencia de aquélla, ya que en la tarea evangelizadora de la Iglesia participan todos los fieles de diversas formas (cf. ChL 2). En el marco de la escuela cristiana la expresión “misión compartida” ha tomado importancia para expresar la mutua colaboración y la común responsabilidad de religiosos, religiosas, sacerdotes y laicos en el proyecto de evangelización que en ella se lleva a cabo.
El documento "El laico católico, testigo de la fe en la escuela", expresa con convicción, el alcance positivo de esta "misión compartida": "La escuela católica, como comunidad educativa que tiene como inspiración última educar en la fe, será tanto más idónea para cumplir su cometido, cuanto más represente la riqueza de la comunidad eclesial.
jueves, 8 de abril de 2010
Cursos virtuales
Más información en softriial@riial.org
martes, 6 de abril de 2010
Con los jóvenes en Río de Janeiro
sábado, 3 de abril de 2010
Cantan la Resurrección
En Pascua resucitan las cigarras
jueves, 1 de abril de 2010
Yo no vine al mundo para que llores
Yo no vine al mundo para señalar errores, sino para que aprendas a convertirlos en virtudes…
Yo no vine al mundo para dar un espectáculo de crucifixión, sino para que tú crucifiques lo negativo en tu propio carácter que no te deja ser feliz…
Yo no vine al mundo para quitarte egoístamente nada, sino para enseñarte a dar la vida por lo que se ama…
Yo no vine al mundo para quedarme en una cruz colgado, sino para caminar contigo la vida que no sabes vivir por ti sólo…
Yo no vine al mundo para que tengas una semana de vacaciones o una cena suculenta, sino para que alcances una experiencia espiritual que transforme tu vida y tu conciencia…
Yo no vine al mundo para enseñarte a morir, sino para que aprendas a vivir imitando mi amor sanador y salvador…
(Extraído del poema de Edgar Colón Pagán)
martes, 30 de marzo de 2010
¿Cultura de zapping?
(…)
“Estaríamos, pues, ante el pensamiento atomizado que se manifiesta, en unos casos, como “cultura de zapping” (se sabe “casi nada” de “casi todo”) y, en otros, como “cultura de la especialización” (se sabe “casi todo” de “casi nada”). Dispersión y frivolización: ausencia de principios.
Entender la escuela como un espacio donde el niño o el joven han de aprender a dar significados al mundo de las realidades que les rodean plantea un problema de contenidos y un problema de organización metodológica. Se entenderá fácilmente que hay áreas del conocimiento que, por la naturaleza de sus contenidos, facilitarán la adquisición de esas perspectivas comprehensivas de la realidad; es el caso de las humanidades en general. (Es el caso de los conocimientos “inútiles”).
Eliminar de la enseñanza la reflexión filosófica, la perspectiva histórica, los sedimentos clásicos, los componentes religiosos de la cultura, etc. con el pretexto de responder a las exigencias del mundo actual es condenar al alumno al “presente absoluto”. No es, pues, de extrañar que, al final, este tipo de ciudadano termine concediendo superioridad cultural a unas zapatillas deportivas Nike sobre un poema de Shakespeare.
Llama la atención que, últimamente, en la misma medida en que se ha decidido prolongar la duración del tiempo de escolarización de los ciudadanos, se haya despojado a los currículos de esas perspectivas comprehensivas. Aumentan las piezas del puzzle, pero se retira el dibujo o el plano guía que ha de servir de pauta para montarlo”.
domingo, 28 de marzo de 2010
Profesar y confesar
Es importante que también desde la escuela católica nos planteemos esta cuestión y deberíamos aprovecharla como una ocasión para reflexionar sobre aquellas aportaciones más nucleares de la escuela que, pase lo que pase, debería asegurar. Puede resultar un interesante ejercicio de purificación y focalización. Desde mi propia reflexión la propuesta sobre el papel irrenunciable de la escuela se podría articular del siguiente modo:
* El ámbito más específico de la escuela debería consistir hoy en aportar sentido y por tanto la escuela debería comprometerse en la tarea de ofrecer sabiduría.
* Para eso la escuela tiene que utilizar su mediación fundamental: la relación educativa.
* Y para ello la escuela necesita desarrollar una condición indispensable: una escuela que pro-fesa porque con-fiesa.
(…)
Una escuela que opte claramente por un conjunto de valores auténticamente humanizadores, constructores de vida personal y de compromiso social:
* Sabiduría frente a especialización.
* Búsqueda frente a seducción.
* Singularidad frente a homogeneidad.
* Comunidad frente a solipsismo.
* Recogimiento e interioridad frente a dispersión.
* Liberación frente a resignación.
* Gratuidad frente a precio.
* Renuncia frente a primacía del yo.
* Sentido objetivo frente a subjetivismo radical.
* Utopía frente a nihilismo.
viernes, 26 de marzo de 2010
Con los jóvenes en la Plaza
Además de celebrar este encuentro anual también celebraron los 25 años de las Jornadas Mundiales de la Juventud iniciadas con Juan Pablo II.
Si quieres ver parte del encuentro, clica en la dirección: http://vod.vatican.va/giovani25032010.mov
miércoles, 24 de marzo de 2010
¿Clonar la identidad?
No compartimos las visiones, que en nombre de la identidad y de la calidad, favorecen medidas “duras” y disciplinarias o bien crean itinerarios en los centros educativos que permitan segregar a los “buenos” de los “malos” para que los segundos dejen estudiar mejor a los primeros”. Este tipo de medidas, tan del agrado incluso de algunos sectores conservadores del profesorado, es un atentado a la propia identidad de la escuela católica.
Un peligro siempre latente es querer recuperar nuestra identidad desde visiones dogmáticas (a veces camufladas en la excelencia educativa) y desde tradiciones educativas, volviendo a sistemas apologéticos. A menudo, frente a la realidad mencionada (que es siempre desafiante), se considera que la salida más exitosa es reproducir las mismas respuestas educativas del pasado, es decir, una especie de “clonación”. Reproducir el pasado es lo contrario a creer en el misterio de la encarnación en un momento histórico, enfriando el sentido profético con un fuerte acento conservador y de vuelta atrás. Estas visiones pueden esterilizar la voz del Espíritu que nos llama a una renovación significativa. (Cfr CONGREGACION PARA LA EDUACIÓN CATÓLICA, 1997).
Hay un llamado eclesial muy significativo a las comunidades educativas católicas a recuperar la propia Identidad. Y la escuela católica ha aceptado esta invitación que la Iglesia le hace para reflexionar sobre sí misma y su misión evangelizadora. Debemos resignificar los conceptos escuela y católica. Lo primero de una escuela, por obvio que parezca, es que sea escuela. Y lo primero de “ser católica” es su dimensión universal y diversa, y como tal, abierta a todos, esto es, incluyente, “de todos y para todos”, especialmente a los más pobres. ¿No hemos renunciado a esta diversidad? ¿Por qué “lo católico” es entendido, a veces, como un todo homogéneo? ¿No estamos clonando una cristiandad camuflada?
Desde esta identidad nuestras escuelas no pueden ser excluyentes ni exclusivas, ni pueden estar al servicio de un segmento social determinado. Deben pretender, en primer lugar, establecer vínculos cognitivos entre los educandos y la propuesta curricular, para que adquieran y desarrollen estrategias que les permitan resolver problemas de la vida cotidiana y que les preparen para aprovechar las oportunidades que la vida les ofrece.
lunes, 22 de marzo de 2010
La intemperie líquida
“Los contextos actuales son más dinámicos y diversos. Se han multiplicado las maneras de ser niño, adolescente y joven: hay variedad de realidades, culturas, lenguajes juveniles y formas de vincularse.
El “cambio” define nuestro tiempo. Todos los tiempos han tenido mutaciones. El movimiento es la característica de los seres vivos y, por ende, somos continuamente “cambios”. Quizá la aceleración, lo desinstalante, cierta sensación de que no podemos manejarlo, nos impresiona en el cambio presente. Una imagen que describe esta realidad es la que usa Zygmunt Bauman: la liquidez… O aquella frase de la película “La Matrix”, que decía Morfeo: “¡Bienvenidos al desierto de lo real!”.
Esta cultura es amplia porque incorpora todo, mezcla el rock y la bailanta. Es como un gran collage donde coexisten indiscriminadamente varios elementos, y donde simplemente se los usa y no se elige. Muchos adolescentes y jóvenes forman parte “de una tribu” y es muy fuerte en ellos “la cultura de la noche”, negándose a dormir. (Cfr SILVIA DI SEGNI OBIOLS, 2007)
Los comportamientos actuales, que se manifiestan en el aula, superan la visión clásica de la disciplina que tenemos: faltas de puntualidad, cuchicheos, risas, cuestionamientos, provocaciones constantes al profesor, comentarios hirientes en voz alta acerca del profesor, de un compañero o de la propia tarea, insultos, pequeñas peleas y robos.
El contexto de indefensión e inseguridad es el rasgo propio de nuestro tiempo, incluyendo la pobreza y la exclusión (expulsión). La “contracara” de una cultura violenta es una cultura de la vulnerabilidad donde los adolescentes y jóvenes están desprotegidos, estigmatizados por la sociedad, por la escuela, por la misma familia e incluso por ciertas propuestas de educación en la fe. Esto lleva a diversos comportamientos como la soledad y el desamparo, la baja autoestima, la identidad sexual no asumida, el sentimiento de omnipotencia, y la falta de proyección en la vida. Siempre está la tentación de no aceptar esta realidad y sentirnos extranjeros en este nuevo paradigma; estar pero sin sentirnos parte de esta cultura, recluidos en un mundo que ya no existe”.
sábado, 20 de marzo de 2010
¿Analfabetismo emocional?
“La narración, más de una vez desvalorizada porque no tiene la objetividad que garantiza algunas visiones científicas, abre nuevas fronteras a la ciencia pedagógica. La educación en un sentido interno es una narración donde el aprender es un “narrarse” y la narración es un “aprenderse”. Las narrativas, y en particular el relato, tienen un movimiento afectivo; cualquiera que sea su tema, nunca están ausentes los ritmos del sentimiento humano. (Cfr. RAFAGHELLI, 2009)
La función del docente consiste en hacer que el conocimiento (el mundo de las ciencias, el arte y la técnica) tenga una existencia para los educandos y que sea significativo para ellos. Tratar de que el conocimiento forme parte de los hechos, sueños, temores y esperanzas, desde la perspectiva de la vida de alguien y dentro del contexto de las emociones es lo mejor que le puede pasar a un proceso de aprendizaje.
La escuela puede ser una analfabeta emocional cuando sólo sabe presentar los contenidos desde la retórica objetivista. El contexto capitalista la ha impulsado a reducir el conocimiento a procedimientos estandarizados que determinan miradas frías y distantes de los contenidos de la enseñanza y el aprendizaje. “La narrativa se basa en un problema de la vida real…Un buen caso es un vehículo para que se lleve al aula un trozo de la realidad” (WASSERMAN, 1994).
El relato nos libra del tener que “siempre” presentar verdades ofreciendo pruebas que sostengan sus enunciados para convencer a otros de la validez del discurso. La narración humaniza el conocimiento y el pensamiento y le confiere (o da) un sentido de comprensión intentando poner al descubierto la acciones de los sujetos para indagar sus intenciones evitando convertirlas en verdades universales.
La narración es una forma de conocer el mundo. Los educandos manifiestan gran interés por las historias y los relatos. Por esta razón, muchos maestros los utilizan para enseñar gran variedad de temas escolares, y, más aún, cuando se trata de temas de Ciencias Sociales. Los relatos despiertan curiosidad por conocer el mundo, permiten imaginar otros mundos posibles y desplazarse en el tiempo y el espacio, entrar en la vida de otras personas y acompañarlas en sus aventuras, sufrir y gozar con ellas y, también, a través de ellas. Lo cierto es que sin narrarse y sin aprender en relación con los otros de muy poco sirve lo que brinda la escuela".
jueves, 18 de marzo de 2010
Escuela católica = Jesús vivo en la historia
(Extraido de la ponencia “De la identidad de la escuela católica”, Luis G. Benavides Ilizaliturri)
“(…) Quizá las preocupaciones “escolares”, en torno a las nuevas teorías sobre educación, el pesado fardo burocrático de los contenidos programáticos, la necesaria validez oficial de los estudios, la apremiante “certificación de la calidad” de nuestras instituciones que se imponen a la escuela moderna aunada a la profusa doctrina referida a la escuela “católica” llega a hacer sumamente complicada la definición concreta de la identidad.
No obstante, la Buena Nueva es para ser anunciada a los pobres, a los sencillos de corazón. ¿No nos estará sucediendo que al asumir la actitud del “Joven bueno” del evangelio finquemos la identidad de la escuela católica en el “cumplimiento” fiel de “los preceptos” y hayamos olvidado que ser discípulos de Jesús demanda decisiones “simples”, rompimientos “conceptuales” definitorios que en su sencillez no dejan de ser comprometedores?
La educación moderna es un proceso permanente que desata un movimiento social transformador para tomar en serio la vida y comprometerse con ella, no sólo la nuestra, sino también la vida de quienes carecen de seguridad, de dignidad, de los derechos más elementales, de los enfermos… también la vida de quienes ejercen poder y centran en él su existir, de quienes agreden la vida, de quienes buscan privilegios y pisotean la vida de los demás, de quienes usufructúan del consumo de otras vidas: para todos, la educación es instrumento de acercarlos al compromiso de Jesús, que debería ser también el compromiso de identidad de la escuela católica.
En definitiva, si la ecuación propuesta en líneas anteriores se puede hacer válida: escuela católica=Jesús vivo en la historia, entonces la escuela católica se habrá de “convertir” permanentemente en la historización del reinado de Dios".
martes, 16 de marzo de 2010
¿Tienen identidad las escuelas?
(…)¿Tienen identidad las escuelas?
Queda claro, sin embargo, que atribuimos identidad a las cosas por la función que les asignamos: por ejemplo, una silla exhibida en un museo ya no es-para-sentarse y se convierte en pieza para ser vista y relacionada con algún hecho específico histórico. De alguna manera, las cosas pierden su identidad. Pero esta identificación nunca es definitiva, pues la silla puede romperse y entonces la identificaremos como “trebejo inservible”.
La identidad de las cosas no necesariamente se concibe desde el ser de ellas, sino desde aquella que lingüística o históricamente les aplicamos. Por ello no deja de ser verdad que “el lenguaje es parte de la construcción de la identidad y, en ese sentido, el lenguaje no se constriñe a una forma racional de concebir la realidad” sino a una significación consensuada o generalmente aceptada. La forma de entender la identidad de las cosas está en permanente posibilidad de cambio y, por ello, no es inamovible ni se refiere a la inmutable “esencia de los seres”.
Por ello, la escuela no puede tener identidad como tal sino en relación con el mundo en que se encuentra, es decir, la escuela como tal, toma identidad si se la considera como formando parte de un conjunto que a su vez forma parte de otro conjunto más amplio y se encuadra en un entorno sociohistórico de nuestro mundo”.
domingo, 14 de marzo de 2010
La identidad es un camino por andar
... "Sin embargo, la identidad de la escuela católica no se da por la aceptación de estos señalamientos vaticanos, ni por la proclamación de los mismos. Ni siquiera por las estructuras, técnicas o estrategias de aprendizaje que se utilicen para que los estudiantes las asimilen como condición de “estancia” y permanencia en la escuela. Tampoco basta la declaración oficial de pertenencia a una comunidad, a una Iglesia (la católica) ni siquiera el registro episcopal lo que da identidad a una escuela católica… y, a mi entender, tampoco hace católica a una escuela el que asegure para sus estudiantes la enseñanza del catecismo ni el compromiso de inculcar los valores cristianos…
Las reflexiones que coloqué como antecedente del problema de la identidad pueden aclarar el camino de modo que éste sea simultánea y concomitantemente causa y efecto de un transcurso identificatorio, porque la identidad es siempre un proceso, nunca es un “estado”: por ello afirmé que se trata de una tarea (Aufgabe) nunca terminada. En este sentido quiero proponer cuestionamientos en torno a ese proceso de identificación de la escuela católica en el campo amplio de la educación cristiana que está vinculado con la utopía de Jesús de Nazaret. Porque una utopía es siempre orientadora, dadora de sentido y dirección al ser, al actuar, al desear y al
pensar humanos –y ¡también al soñar!. En los Evangelios42 de Lucas y Mateo se nos narra cómo Juan Bautista, desde la cárcel, envía a sus discípulos para que Jesús se autodefina. Jesús revela su identidad no por lo que dicen o creen otros sobre Él, ni por referencia a lo que Él dice de sí mismo, sino por su “desempeño”:
“Vayan y cuenten a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, se anuncia a los pobres la Buena Nueva”.
Este rasgo del quehacer de Jesús es la “historia” que le da a Jesús su “identidad”pues es la manifestación clara de que el reinado de Dios está presente en Él. Creo que este es un tema sobre el que se debe ahondar, particularmente porque, como loseñala muy bien el Documento Conciliar antes citado, para la Escuela Católica Jesucristo es el centro. Ahora bien, es importante no perder de vista que Jesús tiene un claro proyecto por el cual da Su vida. Este proyecto de Jesús no puede considerarse solamente como un compromiso subjetivo que propicia la educación en las escuelas católicas, para crear un ámbito de comunidad escolar animado por el espíritu evangélico de libertad y de amor, ni tampoco puede consistir solamente en desatar una actividad “comprometida” por erradicar la injusticia social, la transformación de las estructuras opresoras para quelos ciegos vean, los cojos anden, los sordos oigan y se anuncie a los pobres la Buena Nueva.
La identificación con la “obra de Jesús” exige una identificación “personal” con Él y por lo tanto con Su proyecto de vida: el Reinado de Dios, pero este proyecto no se da en acciones aisladas, sino en fenómenos vitales en los que concurre una “familia” (¿quantum?) de valores, actitudes, esperanzas, acciones, intenciones, perspectivas, etc. que van más allá de las acciones mismas".
viernes, 12 de marzo de 2010
La ideas se tienen, en las creencias se está
“Decía Ortega y Gasset que las ideas se tienen, en las creencias se está. Pues bien la pregunta es ¿en qué creencias estamos como escuela católica? ¿Cuáles son mis creencias como educador cristiano sobre la vida, sobre el mundo? ¿Nacen de verdad mis creencias del evangelio? ¿Lo considero como fuente radical de aquellas creencias en las que yo vivo, en las que estoy, y en las creencias que alimentan mi práctica educativa? La escuela católica necesita urgentemente recuperar la auténtica fuente de sus creencias: el evangelio del Maestro.
Estamos muy tentados de pensar la escuela católica a partir de lo que se nos pide desde fuera, de lo que nos va a asegurar el éxito social y olvidamos nuestra fuente y nuestro sentido. Debemos promover una lectura dinámica de la tradición de la escuela católica renovándola desde su vocación más original. Nacimos con una clara referencia a la fe. Nuestros fundadores llegaron a la educación desde la fe, no lo olvidemos nunca.
Desgraciadamente en algunos lugares de la escuela católica estamos en la educación y desde ahí queremos llegar a la fe. Como hemos visto antes, de la experiencia cristiana se deducen directamente proyectos educativos de gran potencial que deberíamos constantemente renovar para seguir siendo fieles a la misión que tenemos dentro de la Iglesia. Esto significa que debemos inter-cambiar y com-partir de manera sistemática nuestras creencias en todos los niveles de la escuela católica: continental, nacional, congregacional, de escuela, etc.
(Fotos de la participación de nuestras HH Oliva y Yomaris en el Congreso)
miércoles, 10 de marzo de 2010
Calidad en la Escuela Católica
13. La calidad de la educación: aspiración constante y reto actual
La escuela católica urge que se vaya más allá de la tradicional manera de medir el quehacer educativo, mediante el cumplimiento de los requisitos establecidos por algunas normatividades y desde un enfoque exclusivo de la eficiencia y la eficacia. Para cumplir este anhelo se hace necesario, al buscar y trabajar por la calidad, incluir también componentes específicos de nuestra identidad educativa.
13.1. Algunos componentes de la identidad
• Los elementos imprescindibles de la identidad, vertidos retadoramente en un proyecto educativo coherente.
• La formación de la persona desde una visión cristiana.
• El compromiso de los miembros de la Institución, llamados a incidir en la sociedad desde su palabra y su testimonio de vida.
• La transversalidad de los valores cristianos y humanos en todo el currículo y en plan de estudios.
• La atención educativa concreta a los más pobres, como manifestación de una educación inclusiva e integral.
13.2. Algunos componentes de las normatividades
• La eficiencia en el campo pedagógico y en la gestión institucional.
• La autoformación y capacitación permanente de todos los integrantes de la comunidad educativa.
• La implementación oportuna y con sentido educativo de recursos técnicos y tecnológicos acordes a las necesidades y exigencias actuales.
• Contenidos de enseñanza, tanto para los objetivos de desarrollo del país, como para el desarrollo integral de los estudiantes.
• La formación continua de todos los integrantes de la comunidad educativa.
14. La calidad exige apertura
La escuela católica debe estar en relación constante con otras instituciones, manteniéndose abierta a la situación política, económica, cultural y social de nuestros países, del continente y del mundo. Por ello, nuestra escuela católica no debe estar reservada a los católicos, sino abierta a todos los que aprecian una propuesta educativa cualificada. Así se garantizan el pluralismo cultural y educativo, y sobretodo, la libertad y derechos de la familia. Hay que tener en cuenta que los ambientes pluralistas ayudan a la humanización de la persona, ya que desarrollan virtudes como la tolerancia, la escucha, el respeto y la paz.
15. La calidad obliga un trabajo conjunto
Nuestras escuelas deben apoyarse mutuamente, con mayor razón si están ubicadas en la misma población y país. Pero no debemos perder de vista nuestra organización en la CIEC, que nos abre posibilidades insospechadas de mayor comunión, cooperación y servicio. Entre las posibilidades se mencionan la elaboración de materiales educativos de excelencia, para utilización común, y Creación de una editorial competente que ofrezca enfoque, identidad y calidad.
lunes, 8 de marzo de 2010
Homenaje a la mujer maestra
"¡Señor! Tú que enseñaste, perdona que yo enseñe;
viernes, 5 de marzo de 2010
El nuevo contexto de la escuela católica
"1. EL NUEVO CONTEXTO DE LA ESCUELA CATOLICA
1.1 Contexto socio-cultural: la institución escolar, independientemente de que sea católica o no, se encuentra afectada e interpelada por los movimientos socioculturales del momento. De una forma o de otra debe reaccionar ante ellos e intentar discernir la respuesta adecuada. Dos factores resaltan en este contexto:
a) El pluralismo que caracteriza la sociedad actual incide de manera especial en el campo educativo, al quedar descartado un sistema único de pensamiento, al estar en entredicho una jerarquía única de valores, al multiplicarse indefinidamente las ofertas de comprensión del mundo y de orientación de la vida. El pluralismo social, con sus indudables aspectos positivos, favorece el relativismo, el pensamiento débil y la religión a la carta; la indefinición como manera de vivir y el rechazo de las opciones que comprometen la vida en una determinada dirección. El desafío que tiene planteada la escuela católica en este contexto pluralista, no se reduce a enseñar a usar la libertad, tarea esencial en su labor educativa, sino que ha de plantearse una coherencia de vida desde todo el proyecto educativo, a partir de los valores que en él proclama y ayuda a cada educando a edificar su propia identidad. Simultáneamente, ha de educar en la tolerancia y la cooperación, pues nadie es poseedor de toda la verdad.
b) La secularización, que ha rescatado la autonomía del hombre y de la naturaleza frente a la omnipresencia de lo sagrado y la religión. El proceso de secularización no se limita a afirmar lo humano, sino que, frecuentemente, degenera en secularismo y pretende anular cualquier relación de trascendencia. De esta forma se promueve la indiferencia religiosa y se facilita el paso al materialismo y al ateísmo práctico. La faceta negativa de la secularización pone en entredicho la dimensión cristiana de la escuela; incluso se la tacha frecuentemente de anacrónica. La comunidad cristiana que anima la escuela católica tiene el reto de hacer de ella un signo de la encarnación de Dios en el mundo al unir calidad humana escolar y educación cristiana. También tiene el reto de convertir el ámbito de la escuela en un espacio de comunión, en un centro de experimentación de los valores más representativos del Reino".
(De la ponencia “La Pastoral Educativa en la Escuela”, de Jesús Triguero Juanes, en el CIEC-Santo Domingo, República Dominicana)
miércoles, 3 de marzo de 2010
iGeneración
“¿Sabía usted que más de 800.000 jóvenes se reunieron en España para debatir el futuro de la universidad? Seguro que ni se enteró ¡y eran 800.000! porque no salió en la prensa ni en los lugares que probablemente usted frecuenta: sucedió en la red social Tuenti, donde sólo se entra por invitación y dos tercios de los usuarios tienen menos de 25 años de edad.
Las redes sociales son ahora la gran herramienta de participación de los jóvenes. Y al estar a menudo ocultas a la vista de los mayores, parecería como que ni debaten ni se preocupan por los asuntos públicos. Pero el bullicio es constante porque están permanentemente conectados y agrupados en múltiples redes que se solapan y se confunden: otro de los distintivos de la llamada iGeneración.
En la red social Tuenti se envían 80 millones de mensajes al día y se bajan más de cinco millones de vídeos. No todo es política y partidos, naturalmente, pero hay mucho más debate político del que se cree.
"No hay grandísimos cambios entre generaciones, lo que sucede es que ahora se usan otras herramientas", apunta Javier Elzo, catedrático de Sociología de la Universidad de Deusto. Elzo, que desde la década de 1980 colabora en la gran radiografía de la juventud española que impulsa la Fundación Santa María, opina que los jóvenes han evolucionado exactamente en la misma línea que lo ha hecho la sociedad en su conjunto: "Son más individualistas y menos comunitaristas, como la sociedad, de la que los jóvenes son un reflejo".
Las causas que más mueven a los jóvenes de hoy son internacionalistas: la lucha contra el hambre, la defensa de la naturaleza y los derechos humanos les motivan mucho más que la bandera española, según el CIS. No deja de ser una consecuencia de los cambios que ha introducido la revolución tecnológica: "El mundo de los jóvenes es ahora mucho menos local", apunta Lourdes Gaitán, del Grupo de Infancia y Adolescencia del Colegio de Sociólogos de Madrid.
Ello ayuda a explicar alguna de las aparentes contradicciones de los jóvenes, capaces de moverse por la causa más lejana y mantenerse quizá impasibles si despiden al vecino. Será paradójico, pero su mundo ya es todo el mundo.
No hay adolescente ni joven que no esté en contacto diario con amigos virtuales al otro extremo del planeta, a los que además esperan conocer en algún viaje más pronto que tarde. "Los jóvenes, que son nativos digitales, han pasado de la aldea global a la comunidad de vecinos global", sostiene Julio Camacho, director del Observatorio de la Juventud en España, que lleva 25 años oteando a los jóvenes de este país desde la Administración.
La gran novedad, de efectos revolucionarios, es en su opinión la tecnología. "Implica una nueva estructura mental cognitiva: es como aprender un lenguaje de niño en lugar de estudiarlo de mayor", insiste Camacho.
PERE RUSIÑOL / JAVIER SALAS (del artículo “La generación Perpleja”, en .publico.es)
lunes, 1 de marzo de 2010
En el Congreso de la CIEC
En el XXII Congreso de la Confederación Interamericana de Educación Católica (CIEC), con el tema: “La calidad de la educación en el siglo XXI, desde nuestra identidad”, realizado en Santo Domingo, RD, de 25 a 28 de enero de 2010, participaron las Hijas de Jesús Oliva Hernando y Yomaris Tolentino, además de varios docentes de nuestras escuelas en República Dominicana.
Ya fue introducido el tema en entrada anterior, y, a partir de ésta, se irán ofreciendo textos o comentarios a respecto de las siete ponencias del Congreso.
Introducción a la ponencia “La Pastoral Educativa en la Escuela”, de Jesús Triguero Juanes
"La presente ponencia tiene como principal objetivo proponer el marco orientador de la pastoral que debe caracterizar a la escuela católica; pretende también ser una declaración y un instrumento para el diálogo con las diversas instancias eclesiales y con los demás documentos que en los últimos años han ido aclarando la identidad y misión de la escuela católica.
No se quiere limitar a describir lo que ya se viene haciendo, sino que, impulsados por la misión recibida de la Iglesia, se desea señalar caminos por donde avanzar, a riesgo de parecer utópicos en ocasiones. Profético es el calificativo que mejor convendría al Proyecto Educativo de la escuela católica.
Conscientes de nuestra identidad y de la misión que la Iglesia nos ha confiado en reconocimiento a nuestro carisma, queremos reanimar y encauzar adecuadamente este enorme potencial evangelizador que supone la escuela católica, al servicio de la Iglesia en sus diócesis.
Las escuelas católicas se debaten hoy, en la lucha por la supervivencia, acosadas por exigencias legales o legalistas que amenazan con ahogarlas. Al mismo tiempo, se constata en muchas de ellas una situación de perplejidad en lo que respecta a sus funciones pastorales, provocada por los cambios que ha tenido la sociedad, pero también por la evolución institucional en el interior de la Iglesia. A veces, los planes pastorales de las diócesis marginan la oferta evangelizadora de la escuela católica o la consideran de segundo orden. Felizmente, es ésta una situación que tiende a remediarse.
(Continuará)
sábado, 27 de febrero de 2010
Antiguas frases actuales
“El padre teme a sus hijos. El hijo se cree igual a su padre y no tiene por sus padres ni respeto ni temor. Lo que él quiere es ser libre. El profesor tiene miedo de sus alumnos. Los alumnos cubren de insultos al profesor. Los jóvenes quieren rápidamente el lugar de sus mayores. Los mayores, para no parecer atrasados o despóticos, consienten en la dimisión. Y coronándolo todo, en nombre de la libertad y de la igualdad, la emancipación de los sexos”.
PLATÓN (428 - 348 a J.C.)
“Nuestra juventud ama el lujo: está mal educada; se burla de la autoridad y no tiene ningún respeto por sus mayores. Nuestros hijos hoy son tiranos. No se levantan para ceder el asiento cuando entra un anciano en una estancia. Contestan a sus padres y son simplemente malos”.
SÓCRATES (470 - 399 a J. C.)
“No tengo ninguna esperanza en el porvenir de nuestro país si la juventud de hoy toma el mando mañana, porque esta juventud es insoportable, sin moderación, simplemente terrible”.
HESÍODO (nacido hacia el 758 a J. C.)
“Nuestro mundo ha llegado a un estado crítico. Los niños no escuchan a sus padres. El fin del mundo no puede estar lejos”.
Inscripción jeroglífica de un padre egipcio (al rededor del 2000 a J. C.)
“Esta juventud está podrida desde lo más profundo del corazón. Los jóvenes son malsanos y perezosos. No serán nunca como la juventud de antes. Estos de hoy no serán capaces de mantener nuestra cultura”.
Inscripción en una vasija de Babilonia (300 a J. C.)
viernes, 26 de febrero de 2010
CF en Brasil
La Campaña, abierta este miércoles, se desarrolla durante la Cuaresma. La edición de este año tiene como tema “Economía y Vida”, y como lema “No podéis servir a Dios y al dinero”.
Realizada por tercera vez en forma ecuménica, la CF reúne a cinco Iglesias cristianas, miembros del Consejo Nacional de las Iglesias Cristianas de Brasil, responsable de la Campaña 2010.
El Papa ha deseado éxito a las Iglesias y a las comunidades eclesiales brasileñas “que este año han decidido unir los propios esfuerzos para reconciliar a las personas con Dios, ayudándolas a liberarse de la esclavitud del dinero”.
“Recuerdo que la esclavitud respecto al dinero y la injusticia tienen origen en el corazón del hombre, donde se encuentran los gérmenes de una misteriosa convivencia con el mal –escribe--. Os exhorto a perseverar en el testimonio del amor de Dios, del Hijo de Dios que se ha hecho hombre, del hombre al que Dios ha dado la vida, del único Bien que puede saciar el corazón humano”.
En un mensaje, afirma que “está empeñado en esta reflexión, discutiendo las interrelaciones entre riqueza y poder, que generan injusticia y pobreza, además de lesionar gravemente la creación de Dios”.
“Es por tanto una causa que moviliza a la familia cristiana no sólo en Brasil sino en todo el mundo”, concluye.
miércoles, 24 de febrero de 2010
Via Crucis con la cruz de la JMJ en Madrid
Más de 1. 500 personas, muchas de ellas jóvenes, recorrieron en peregrinación, el pasado fin de semana, un Vía Crucis con la Cruz de la JMJ hasta Cuatro Vientos, uno de los lugares clave de la Jornada Mundial de la Juventud, informa el arzobispado de Madrid.
El Via Crucis fue presidido por el cardenal Antonio Mª Rouco, arzobispo de Madrid, y en él varios jóvenes dieron su testimonio de fe en medio de la enfermedad y las dificultades.
Las estaciones concluyeron en la iglesia de Nuestra Señora del Aire, con el testimonio de un joven que se convirtió durante el encuentro de los jóvenes españoles con el Papa Juan Pablo II, en el año 2003.
Ante los presentes el purpurado afirmó: “Cristo vuelve, la JMJ vuelve y con ésta vuelve una gran ocasión y una gran gracia para que la juventud cristiana lleve al mundo la buena nueva de Cristo”
La próxima vez que la Cruz vuelva por estos lugares será en agosto de 2011, presidiendo el encuentro del Papa con los jóvenes.
lunes, 22 de febrero de 2010
Desde el Yochen de Hayama
Comentándolo después con una de las Hermanas ella me dijo que la oración del Padre Nuestro les impacta mucho y que una bonza budista que fue alumna nuestra allí, todas las mañanas iniciaba las oraciones rezando el Padre Nuestro con los budistas en el templo.
Sin duda que el rasgo de la filiación de nuestro carisma responde muy bien a la necesidad de todos de sentirnos hijos del mismo Padre y consecuentemente hermanos.
Que, particularmente durante esta preparación más próxima de la canonización de la Madre Fundadora, Dios nos conceda la gracia de vivir con fuerza especial la filiación y la fraternidad.
sábado, 30 de enero de 2010
Triángulo de Educación Inclusiva